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La tolerancia se enseña

Por un mundo más respetuoso de las diferencias, las muñecas pueden ser un buen camino para inculcarlo en los más pequeños.

25 de Octubre de 2005 | 16:50 |
Algunas veces sorprende ver a ciertos niños tratar de "negro o indio" a otro igual sólo porque su ascendencia es una raza distinta a la occidental. Y ello no sólo implica un gran dolor para el pequeño que es objeto del insulto o la descalificación, si no que también es el anticipo del dolor que el niño hiriente podrá enfrentar en su vida de adulto si persiste en una actitud racista.

Los especialistas aseguran que las generaciones venideras serán más tolerantes frente a las distintas razas, religiones o culturas. Que ello es fruto de la globalización, pero también de una mayor tolerancia inculcada en las sociedades de países desarrollados que tienen alta población de inmigrantes y han debido abrirles espacio.

Que la intolerancia se imponga no es un tema menor cuando se observa que los últimos conflictos bélicos han tenido su origen en el rechazo o veto practicado por algunos credos que no sólo han apagado vidas en países occidentales, si no que han limitado y coartado al máximo la libertad de personas de sus propias culturas.


El juego -es sabido y así lo promueven los psicólogos infantiles- es uno de los vehículos más eficaces para transmitir valores en los niños. No sólo con él aprenden a competir, a perder, superar las frustraciones o a formar equipos. También con el juego se aprende a respetar al otro y la tolerancia es eso, respeto al otro en sus diferencias.

Hace algunos años, las grandes industrias del juguete dieron cuenta de esto y sus muñecos -tan tipicamente occidentales- comenzaron a vestirse de colores y rasgos diferentes, a modo de presentar a los niños esa diversidad de razas y culturas.

Y las muñecas fueron una de las más exitosas en eso. Salieron las barbies africanas, japonesas, chinas, indias o rusas. Fue un modo de señalar (más allá del objetivo comercial involucrado) que la belleza, la inteligencia, las habilidades son una característica del ser humano por igual, no importando el lugar de procedencia.

El último paso se dio hace pocas semanas. Barbie se vistió de velos, "hijab" (paño que cubre la cabeza) y "abaya", esa túnica larga que envuelve por completo el cuerpo de la mujer, y que es reflejo inequívoco de la cultura islámica.

Con ojos oscuros, invadió el mercado del Medio Oriente bajo el nombre de "fulla" y aunque ha conseguido una tremenda acogida entre las niñas árabes, lo cierto es que en el occidente podrá ser un buen instrumento para fomentar la tolerancia hacia las personas que profesan una fe distinta a la cristiana y que viven la vida con normas que parecen más restrictivas, pero que son explicables en esas culturas.

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