No quiere dejar nada al azar: antes de dejar el ministerio, desea entregar una visión de la cultura en el país más de mediano plazo, no sólo en el documento nacional, sino también en otros regionales que expliquen qué hacer para apoyar la creación, la difusión, las industrias culturales, el patrimonio y la formación del público. "Antes de irme quiero dejar un documento de lo que debe hacerse de aquí al Bicentenario".
Se nota un hombre dedicado, perfeccionista y con mucha voluntad y perseverancia por llevar a cabo esta labor que le fue encomendada hace dos años, luego de un período de cuatro meses que estuvo fuera del Gobierno.
-¿Cómo llegaste a hacerte cargo de este ministerio?
"Fui subsecretario de Educación desde el comienzo de este gobierno. En marzo del 2003 cambió el ministro y como–en estos gobiernos de coalición- existe un principio de equilibrio político que te entrega el respaldo para la gestión, presenté mi renuncia.
"Estaba trabajando en temas educativos y me llamó el Presidente para que lo ayudara a instalar toda esta institucionalidad cultural. Me pareció un privilegio y acepté de inmediato. Sólo tuve que volver a usar celular y dejar de ir al trabajo en bicicleta, que son cosas que pretendo recuperar el 11 de marzo".
Nació el 13 de junio de 1959; estudió en La Girouette, después en la Alianza Francesa y en 1973 partió al exilio con su familia a Buenos Aires y volvió a dar exámenes libres en el Valentín Letelier. Es sociólogo de la Universidad de Chile, con un doctorado en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica.
Está casado hace muchos años con Cecilia Sotomayor y tiene tres hijos: Elisa, que está en cuarto año de Psicología; Martín, de 18 años, e Irina, de 15. El segundo quiere seguir los pasos de su abuelo paterno y estudiar medicina, un camino que ninguno de los hermanos Weinstein siguió; el mayor –Luis- "es fotógrafo y se mantiene económicamente leyendo el tiempo en TVN" y la menor –Marisa- es antropóloga.
Al ministro le encanta leer, especialmente novelas e historia; esta última temática se le ha ido acentuando con los años. "Es un gran disfrute que tengo", dice.
-¿Cuáles son los últimos libros que te has leído?
"Me leí uno de Alessandro Baricco sobre Homero y la Ilíada, que encontré muy entretenido y que, además, fue leído en Roma de manera continuada por la radio y tuvo un gran éxito.
"También “Con las riendas del poder”, de Sofía Correa Sutil, que también lo encontré muy bueno".
-¿Autores preferidos?
"No sé si tengo, pero lo que si me pasa es que cuando me gusta alguien, lo leo entero, todas sus obras, es una pequeña obsesión. Por ejemplo, Bolaño me encanta. Es una lástima que se haya muerto tan joven, cuando le quedaba tanto por hacer".
-¿Otros hobbies?
"Los veraneos en choclones; seis o siete familias juntas que nos vamos a lugares muy deshabitados, como Icalma, Lleu-Lleu, no a lugares establecidos. Nos instalamos con las carpas y…"
-¿Los hijos acompañan?
"Para ser bien sincero (se ríe), ya no tanto. Hemos tenido que ir mejorando la oferta y la infraestructura para que vayan, algunos viajes fuera de Chile… Un año hicimos una cosa muy entretenida, que fue arrendar un bus e irnos a Brasil".
-¡Ah, ¡bien amigos!
"Sí, de la universidad, de la familia, mi hermana, mi cuñado, otra gente amiga como Ricardo Larraín (el cineasta), Pablo Salas; un grupo de amistades muy estrechas. En esta época del año ya empezamos a llamarnos para saber dónde vamos a ir".
También es un apasionado de la bicicleta, igual que su hermano del tiempo, y "soy de pichangas de domingo con amigos de hace 20 años. Son todos hobbies muy sencillos, como ves", cuenta.
-¿Algún deseo no cumplido?
(Se queda pensando un buen rato) "¿Frustraciones? No, soy un agradecido de todas las oportunidades que he tenido para hacer cosas, ha sido maravilloso; realmente soy una persona feliz y creo haber aprovechado todo al máximo. He disfrutado el montar este ministerio, inaugurar la sede en un ratito más, la cultura en democracia… ideal.
"En el lado familiar estoy casado con una mujer maravillosa, tenemos una relación de pareja súper bonita. También por el lado de mis padres, soy muy agradecido de ellos, mi papá poeta, psiquiatra, ecologista, bohemio, con una sensibilidad muy especial… muy linda persona. Mi mamá también, ella murió y es un gran dolor… ése es un deseo no cumplido, me encantaría todavía tenerla a mi lado (se emociona profundamente, pero trata de que no se note)”.
-¿Qué te parece el rol de la mujer en la actualidad?
"A la gente de mi generación le resulta bastante natural, en el sentido no sólo de apreciar capacidades, sino también realidades, roles reales de poder, de toma de decisiones. He tenido jefas mujeres y no ha sido ni un problema aceptar su autoridad, no.
"Lo veo con mucho entusiasmo; creo que puede ser un rasgo de humanización en la manera de funcionar de la sociedad chilena, súper importante. El gran problema mío, y de tanta gente, es la trabajolia, apasionarse tanto por el trabajo que te alejas del mundo; las mujeres tienen una sabiduría en eso, superior. La imagen de la Michelle Bachelet en vacaciones de invierno con su hija en Tunquén… la criticaron, yo encuentro que es magnífico tener la capacidad de separar roles, ¡me encantó! ... Esta manera de mirar nos va a beneficiar mucho a nosotros, los hombres".
-Todo este discurso ¿o lo llevas a la práctica?
"Siempre mudé a mis hijos y eso, pero debo reconocer que con este tipo de cargo, queda muy poco tiempo para compartir roles. Yo hago el desayuno en mi casa todos los días y a los niños los despierto yo, desde siempre, parte de mi rol.
"En estos años ha existido una dificultad de tiempo, para acompañar; no hay nada que hacerle. Tanto que cuando los niños estaban más chicos, salía con cada uno de ellos, solo, a una gira, para no sentirlos tan lejos. Los demás no entendían nada".
-¿Vicio privado?
"Poder borrarme con una novela es una cosa que… irse a la casa de la playa con una novela y perderse es ideal. Puede ser medio fome como vicio, pero para mí es maravilloso. Mi padre tiene una casa muy linda en Isla Negra, irme para allá no te puedes imaginar lo que es. Ir con un cargamento de novelas y desconectarme del mundo, del celular".
-¡Nuevamente el tema del celular!
"Es que para mí es un icono".
