EMOLTV

“La soledad no es diferente; en el campamento los niños quedan solos, en La Dehesa, con la nana”

Llena de energía, lucha diariamente contra la discriminación que significa ser funcionaria de una comuna catalogada de “rica”. Al frente de un centro de desarrollo, es testigo privilegiado de los problemas que enfrentan las mujeres tanto de escasos como muchos recursos, especialmente, de la violencia vivida en silencio.

01 de Diciembre de 2005 | 09:46 |
imagen
Vive y trabaja en una comuna de contrastes donde la discriminación y los estereotipos se aplican para ambos lados.

Por eso le apasiona lo que hace, estar al frente del Centro de Desarrollo Integral para la Familia de Lo Barnechea que ayuda no sólo a las personas de escasos recursos, sino también a quienes parecieran tenerlo todo e igualmente son golpeadas por el dolor.

María Olga Elías, directora del centro, busca aportar a una mayor integración social entre los habitantes de la comuna, pero su sinceridad la lleva a reconocer que lo primero no se da a nivel general y que lo que prima es una conciencia común de que ambos grupos sociales se prestan “un servicio mutuo”.

Directa, no se va con rodeos al abordar los problemas de ricos y pobres: “Los conflictos que se viven al interior de la familia son exactamente iguales en el cerro 18 que en un barrio de La Dehesa. Los problemas de una madre con su hijo adolescente son iguales”.

-¿Iguales?
“Las necesidades son diferentes, pero el conflicto es el mismo en comunicación o relación. A lo mejor, una mujer que no tiene tanta educación puede recurrir más a la violencia física, pero la otra, la educada, también recurre a ella, pero es psicológica”.

-¿La falta de dinero o la abundancia de éste agudiza los conflictos por igual?
“Es un hecho que algunos que no tienen problemas de dinero, es más, que viven con holgura tienen problemas precisamente por eso; puede que no les falte nada, pero sufren de vacío, soledad, falta de afecto y otros. Hay muchas mujeres jóvenes que lo tienen todo, pero suplen lo afectivo con horas de gimnasio. Y a sus hijos tampoco los cubren de afecto, por lo que cuando crecen tienen problemas de relación y baja autoestima.
“La soledad no es diferente. En el campamento los niños quedan solos o en una guardería porque los padres salieron a buscar para comer y en La Dehesa, los niños quedan con nanas porque la madre salió al mall”.

-¿El vivir en una comuna de contraste social puede generar mayores problemas como más violencia?
“El resentimiento y la agresividad dependen del ambiente familiar en que se viva. Si los padres tienen influencia y logran manejarlo, el ser pobre y vivir aquí no tiene porque ser motivo de violencia”.

-¿La segregación social evidente es o no foco de violencia?
“Tanto como en La Pintana u otra comuna, pero la segregación o la pobreza no son la única causal de la violencia, ni de muchos otros males de la sociedad”.

-¿La drogadicción se vive diferente según los estratos económicos?
“A ver, no me vengan a decir que la drogadicción es mayor en los sectores pobres que altos. No es verdad; lo que si varía es el tipo, la calidad de la droga. En el sector más pobre lo que se consume es marihuana o pasta base y en el otro, cocaína. Pero lo que más se utiliza, en ambos y por igual, es alcohol”.

-¿Y en la violencia pasa lo mismo?
“Los jóvenes son agresivos en ambos lados también, con la diferencia que la de uno, la que ocurre en la discoteque, no se publica. El nivel de agresividad no varía.
“La violencia tiene que ver con un estado interior. Hay mujeres de muy escasos recursos que siempre están sonrientes y hay otras, con buena situación, que son permanente foco de agresividad y la transmiten contra la nada, el jardinero o cuando manejan”.

-La delincuencia es asociada a la pobreza, ¿eso responde a una estigmatización?
“Cuando roba un niño del cerro 18 lo hace porque no lo tiene y lo quiere. En el sector alto, el delito se produce igual y la justificación ya no es tan clara. Mi hija está en un colegio particular pagado y le robaron el celular de la mochila; es decir, el mal hábito se da igual, a lo mejor en menor escala, pero tiene como origen una mala educación moral por parte de los padres.
“Y en los sectores pobres uno podría justificar una falta de valores por la falta de tiempo y de oportunidades que tienen los niños para aprender”.

-O sea, la estigmatización es otro de los tantos obstáculos que debe sortear un joven de escasos recursos.
“Sí, aunque por la moda actual, donde andan todos enchulados, es difícil diferenciarlos. El que diga que no se estigmatiza a quien viene de una población, no asume la realidad; es mentira y es verdad que cuando van a buscar trabajo y señalan que son del cerro 18 la señora se pone medio peluda. Mucha gente viene al Centro a pedir un certificado en donde aclaramos que lo conocemos y que tiene buenos antecedentes”.

María Olga no deja pasar el tema, apunta inmediatamente al hecho de que en el último tiempo se haya señalado al cerro 18 como el centro de las pandillas en Lo Barnechea. “Son unos pocos y también están en todo el país”.

Aclara que no sólo por este fenómeno, si no que por todos los problemas que se han detectado, se dio vida a la Casa de la Juventud que tiene como finalidad ocupar a los jóvenes en diversas actividades. “El mal uso del tiempo libre es lo que los lleva a la droga. El fenómeno de las pandillas, en cambio, tiene un origen distinto, por lo general, las familias han pertenecido a ellas e integran a los más jóvenes del clan”.

"Las de mayores recursos viven la violencia en una soledad espantosa”

"Soy un poquito hiperactiva”


EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?