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Los ácidos grasos también protegen al feto

En embarazadas con diabetes gestacional, los suplementos de omega 3 ayudarían al desarrollo neurológico del niño; entre otras cosas, a regular su sueño.

07 de Febrero de 2006 | 17:11 |
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Casi el 13% de las embarazadas chilenas -es decir, al menos 1 de cada 10- desarrolla diabetes mellitus gestacional (DMG) durante su embarazo. Ésa es la realidad que arroja el estudio que desde 2002 está realizando el Departamento de Nutrición, Diabetes y Metabolismo de la Pontificia Universidad Católica.

Si bien las pacientes suelen estar bien controladas por los médicos durante su embarazo, se sabe que la diabetes gestacional puede traer complicaciones tales como macrosomía fetal (recién nacidos con más de 4 kg). Esto, a su vez, se asocia en ocasiones a distocia de hombro (problema en que el hombro del feto se empotra contra el hueso púbico y queda atascado en el canal del parto) y a un mayor porcentaje de cesáreas.

Asimismo, "muchos estudios han demostrado que los hijos de madres diabéticas gestacionales tienen mayor riesgo a largo plazo de ser jóvenes obesos y de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la etapa adulta", comenta la bioquímica y magíster en Nutrición, Carmen Gloria Parodi, quien es parte del grupo de investigación encabezado por el doctor Jaime Rozowski.

El objetivo del trabajo ha sido estudiar qué pasa con las embarazadas con DMG que son suplementadas con omega-3, ácidos grasos presentes en ciertos alimentos, como el pescado.

"Se ha observado que cuando hay diabetes gestacional, la transferencia madre-feto de los ácidos grasos omega 3 -principalmente del ácido docosahexanoico (DHA)-, se ve disminuida. Éste es un nutriente fundamental en la formación del sistema nervioso y visual del feto".


Cambio de dieta


Los resultados se conocerán el 2006; sin embargo, los profesionales están trabajando en colaboración con la Universidad de Connecticut, donde ya "se ha observado que los hijos de madres diabéticas suelen tener los niveles de omega-3 más bajos que aquellos de mujeres sanas, además de mostrar alterado su ciclo de sueño".

Por lo tanto, agrega, "cuando se aumenta la transferencia madre-feto de omega 3, el recién nacido presenta menos alteraciones del sueño".

Por lo mismo, los investigadores reconocen que sería muy beneficioso que así como se suplementa a las embarazadas con ácido fólico, vitaminas y minerales, se empezara a recomendar el hábito de consumir más omega-3 en su dieta, aumentando la ingesta de pescados tales como atún, salmón, jurel o sardinas (2 ó 3 veces por semana).

"Eso se traducirá en un mejor desarrollo fetal, principalmente desde el punto de vista de sus capacidades cognitivas. Además, podría ayudar a prevenir el desarrollo de DMG, ya que los omega-3, por una parte, producen agentes antiinflamatorios, y al ser incorporados en la membrana plasmática aumentan su fluidez". Esto último genera un aumento en el número de receptores de insulina, mecanismo que disminuiría la resistencia insulínica.
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