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Cuando te molestas por lo que te dicen, ¿el resto se justifica diciendo que sólo era una broma y que eres demasiado sensible? ¿Tienes que pedir permiso para ir a un lugar o tomar decisiones? ¿En forma frecuente te recuerdan tus defectos? ¿Menosprecian tus logros, aspiraciones y lo que has logrado en tu vida? ¿Sientes que no puedes poner límites con esa persona ni decir o hacer lo que piensas y quieres? Si la respuesta es afirmativa a todas estas preguntas, es porque estás sufriendo de abuso emocional.
Puede ser una pareja, tu madre, padre, un hijo, un hermano, un jefe, un amigo…. La lista es larga. Cualquiera que se sienta con el derecho de agredirte en forma verbal, psicológica y que coarte tu libertad de pensamiento, acción y decisión, es un abusador emocional, según afirma la psicóloga transpersonal, Paulina Alfaro.
"El abuso emocional es un tipo de agresión o violencia, en que el daño producido se genera a nivel psicológico, es decir, daña la autoestima, la autoimagen, la confianza en sí mismo, etc.", explica.
Esta psicóloga añade que la persona abusada puede sentirse humillada, desvalorada, ignorada, entre otras muchas dolorosas sensaciones, por quien ejerce el abuso.
Lo peor es que es difícil darse cuenta, ya que es una condición que no se percibe a simple vista, sino que es una vivencia que normalmente la víctima tarda en identificar, pues es solapada.
"El victimario manipula, niega los sentimientos del otro, los ridiculiza o minimiza, por lo que a la víctima se le hace difícil enfrentar la situación, y tiende a culparse o someterse para evitar mayores problemas. Pero internamente, sabe que no está cómoda, que algo no anda bien", comenta.
Tal como dice Alfaro, lo peor es que el abuso puede mantenerse en el tiempo, minando significativamente la salud mental de la persona, causando graves heridas emocionales y psicológicas. Es como una especie de deterioro paulatino de su calidad de salud mental, donde comienza a cuestionarse sus decisiones y las deja en manos del otro.
Los más afectados
En opinión de la psicóloga, se da especialmente con personas vulnerables, como niños, adultos mayores, hombres o mujeres con problemas de autoestima, dependientes del otro de cualquier forma, en especial emocionalmente.
"Cualquier persona puede ser víctima de abuso, si no está conectada con su vivencia interna o, por ejemplo, con el malestar emocional que el abuso genera, y no pone límites ante el control y el poder que ejerce quien abusa", dice.
Para poder detectarlo, hay que considerar que el abuso es una conducta o estilo de comportamiento sistemático y repetitivo, que busca someter a la persona que lo padece.
Entonces, ¿qué se puede hacer? Aquí te damos algunas pautas para ayudar a combatir el abuso emocional, hacia ti o hacia otra persona:
1.- Si observas un abuso emocional no dudes en ayudar a las víctimas a reconocer que están siendo parte de un círculo vicioso de maltrato.
2.- Identifica al abusador.
3. Reconoce la violencia psicológica, las heridas causadas y el estado emocional de desequilibrio.
4.- Deja de percibir el comportamiento del otro como algo normal.
5.- Asume lo sucedido y decide salir del círculo vicioso.
6.- Una vez asumido el abuso, genera espacios donde poder fortalecer la autoestima, así como para desarrollar habilidades que te permitan conectarte con tu sentir y querer.
7.- Abre las redes de apoyo y habla sobre lo sucedido, rompe el hermetismo y el aislamiento.
8.- Abandona cualquier dependencia que se tengas con el abusador. Aunque resulte difícil, se puede.
9.- Aprende a poner límites y jamás permitas que te ridiculicen, maltraten ni reten.
10.- Deja de ser complaciente y no postergues tus propias necesidades por sobre las de otros.
11.- Opta por un descubrimiento de ti mismo que implique volver a quererte, cuidarte, valorarte y priorizarte.
