SANTIAGO.- El verano ya está instalado, muchos comenzaron sus vacaciones, y la tentación por broncearse y quitarse la palidez que dejó el invierno es grande. Sin embargo, adquirir ese ansiado "tono fascinante" también tiene sus riesgos.
En Chile, el cáncer de piel es el tercer cáncer más común y en los últimos cinco años su tasa ha aumentado de 20 a 25 casos por 100.000 habitantes. De ahí la preocupación que genera entre los especialistas la indiscriminada exposición a la radiación UV, que en 2016 registró niveles que se mantienen dentro de los más peligrosos de los últimos ocho años.
Rodrigo Loubies, dermatólogo y médico asesor de la Corporación Nacional del Cáncer (CONAC), explica que "la exposición al sol, aunque sea mínima, es algo inevitable, por eso lo importante no es andar con temor, sino que saber cómo cuidarnos e incorporar las precauciones básicas a nuestra rutina diaria".
En este sentido, el especialista recomienda que "las personas se observen para detectar cambios o la aparición de lunares que podrían ser peligrosos: que la mamá mire a sus hijos, que uno se mire a sí mismo o con la propia pareja".
¿Cómo autoexaminarse? Según la CONAC, el procedimiento debe ser así:
1.- Examinar el frente y dorso del cuerpo en un espejo. Luego los costados con los brazos levantados.
2.- Flexionar los codos y observar antebrazos, axilas y palmas de las manos.
3.- Observar la parte posterior de las piernas y los pies, además de los espacios entre los dedos.
4.- Examinar la parte posterior del cuello y cuero cabelludo con un espejo, separando el pelo.
5.- Controlar la espalda y glúteos con un espejo de cuerpo completo y otro de mano.
Otras medidas de prevención
Otra herramienta importante de prevención es el uso de protectores solares a diario e incluso en días nublados, y su correcta aplicación.
Algunas recomendaciones de la CONAC en este sentido son:
1.- Aplicar 15 a 30 minutos antes de exponerse al sol, sobre la piel limpia y seca.
2.- Cubrir todas áreas expuestas sin olvidar orejas, escote y cuello posterior.
3.- Repetir la aplicación cada 3 a 4 horas, sobre todo tras baños largos o excesiva transpiración.
4.- Usar factor de protección solar 30+ en pieles normales y 50+ en pieles sensibles o con antecedentes de cáncer.
El organismo también aconseja:
1.- Evitar exponerse al sol en las horas de máxima radiación (entre las 10 y las 16 horas).
2.- Cubrir las zonas sensibles del cuerpo con ropa adecuada y sombreros, y optar por colores oscuros.
3.- Preferir siempre la sombra y utilizar sombrillas o mallas de protección.
4.- Usar anteojos de sol oscuros, con protección UV.
5.- Evitar exponerse al sol con la piel húmeda.
¡Ojo con el acné!
Muchas veces las personas que padecen de acné, sienten que la cantidad de granos y espinillas disminuye durante el verano. Salvador Villablanca, dermatólogo de la Clínica Ciudad del Mar, explica que esto se debe a que el sol evapora y descompone la grasa de este tipo de lesiones cutáneas.
Sin embargo, el especialista advierte que en estos casos, "una exposición solar excesiva produce daño cutáneo que deja la piel quemada, irritada y deshidratada, lo cual estimula la producción de sebo y conlleva a un empeoramiento del acné en las semanas posteriores. Esto genera un efecto rebote que se suele manifestar al término del verano, apareciendo muchos puntos negros".
El dermatólogo indica además que "muchos de los tratamientos para el acné, ya sea en pastillas o tópicos -cremas, gel, entre otros-, dejan la piel más sensible al sol, pues la adelgazan. Es por esto que las pieles que antes se bronceaban fácilmente ahora se pueden quemar".
Para evitar el daño del sol en este tipo de pieles, Villablanca recomienda:
1.- Evitar quemarse con el sol (lo aconsejable es una exposición moderada).
2.- Usar bloqueador solar sin aceite y ojalá del tipo gel-crema o solo gel para evitar aumentar la oleosidad de la piel y empeorar el acné.
3.- Aplicar filtro solar factor 30 o superior.
4.- Continuar con los cuidados habituales (gel limpiador, cremas hidratantes seborreguladoras, mascarillas o exfoliantes).
Asimismo, el especialista aconseja mantener este tipo de medidas de forma permanente. "Los cuidados deben hacerse todo el año, y especialmente mientras se realizan tratamientos, pues incluso el sol de otoño e invierno pueden provocar las complicaciones", afirma.