Maureen Hatcher / Facebook
SANTIAGO.-
Bella y Sadie, dos perros de raza labrador retriever, intentaron ayudar a su dueña,
Maureen Hatcher (62), mientras sufría un
ataque cerebrovascular en su casa, ubicada en el estado de Florida.
Al momento de ver que algo le pasaba a la mujer, salieron por la puerta de la casa y llegaron
ladrando hasta donde estaba la
vecina más cercana.
Alexandra Naspolini fue la mujer que se vio obligada a entrar a la casa de Maureen por la
desesperación de los perros y quien llamó a la policía cuando vio a su
vecina desmayada en el suelo del baño.
"Normalmente soy muy estricta con mi rutina, pero ese día no fue así. Mientras tomaba café vi a uno de los
perros afuera de mi casa y al minuto escuché el ladrido del otro", relató Naspolini.
Alexandra salió de su casa y se dirigió donde los perros la guiaron. La puerta estaba abierta, sin embargo intentó tocar el timbre para ver si alguien respondía. Al no tener respuesta, entró y pudo ver lo que los
perros querían mostrarle."Yo le preguntaba a los perros por su madre y ellos me guiaron hasta la pieza donde estaba la dueña con claros signos de un
ataque cerebral, ya que estaba confundida, no podía hablar y no podía mover el brazo derecho", relató la vecina, quien llamó inmediatamente a la
ambulancia. Según informó
Daily Mail, los paramédicos llegaron a los pocos minutos y la mujer fue llevada al
Hospital Baptist Medical Center Jacksonville, donde le realizaron una intervención neurológica que duró 20 minutos.
"Cuando al
cerebro no le llega la cantidad suficiente de sangre, las células mueren y los
traumatismos pueden ocurrir por lo que el
tiempo lo es todo", relató la
neuróloga que hizo el procedimiento,
Nima Amim Aghaebrahim.Tres días después del incidente, Maureen fue dada de alta y regresó a su hogar junto a sus
leales mascotas."Fui
bendecida, no tengo efectos secundarios gracias a la doctora y mis ángeles
Bella y Sadie, quienes me salvaron la vida", relató la mujer.
Maureen contó que el día del accidente las cosas sucedieron extrañamente en favor de ella, ya que normalmente cierra la puerta de la entrada de su casa con llave, pero ese día no lo hizo. Este cambio a su rutina logró que los
perros pudieran bajar la manilla y salir sin problemas para buscar ayuda.