Las imágenes y videos sobre los incidentes ocurridos en los últimos días tanto en la
Región Metropolitana como otros lugares de Chile, han provocado diversas sensaciones y actitudes entre las personas. Asimismo, palabras como "guerra", "violencia", "delincuencia" y "saqueos" que se repiten en la calle, en los medios de comunicación y en las redes sociales, no han dejado a nadie indiferente.
Nicolás Somma, académico del Instituto de Sociología de la Universidad Católica (UC), recuerda
que esta no es la primera vez en la historia de Chile e incluso a nivel internacional, que ocurren este tipo de
estallidos sociales, los cuales obedecen a diversas causas y que tienen un componente de difusión muy rápido en el tiempo entre distintos grupos sociales, volviéndose
explosivos e impredecibles.
Pero, ¿
cómo afecta a la sociedad y la convivencia entre pares lo ocurrido durante los últimos tres días en el país?
Para Somma, este tipo de crisis se solucionan en la medida que los gobiernos hacen concesiones. Pero, esto se dificulta cuando
no existen voceros, líderes ni organizaciones que puedan generar diálogos con las autoridades, tal como recuerda que sucedió en las movilizaciones estudiantiles de 2011, donde había claros líderes con los que el Gobierno podía generar conversaciones. Sin embargo, en la medida que vayan apareciendo nuevos rostros, esto podría también comenzar a ocurrir.
Por otro lado,
Caridad Merino, socióloga y actual estudiante de Magíster en Políticas Públicas de la UC, llamó a
cuidar el uso del lenguaje. "Lenguaje como los criminales o delincuentes hace perder de vista la humanidad, qué hay detrás de las personas, y cuando perdemos esa mirada perdemos también el trato humano y el otro ya no es una persona con una historia, sino que es una etiqueta", advierte en conversación con
Emol.
Consecuencias en la sociedad
Para Somma, las repercusiones de los últimos hechos en las personas pueden ser por un
lado positivas, ya que se genera cierta solidaridad o sensación de comunidad al hacer que la gente tenga que enfrentar un sentimiento de amenaza en una sociedad que en general confía poco en el vecino. "Esto da la oportunidad para que
la gente y los vecinos conversen, para que las personas que viven en distintos barrios se pongan de acuerdo y se ayuden", agrega el sociólogo.
"También acuerdos para generar cierta
vigilancia sobre lo que está pasando en la zona y prevenir, todo eso puede generar un sentimiento de solidaridad que yo creo que es más bien una cosa momentánea probablemente que cuando la situación se normalice eso ya va a desaparecer", señala Somma.
Sin embargo, también hay un
lado negativo, que para el académico a nivel macro puede generar una polarización en torno al orden, seguridad y de la
"mano dura", con la que "es probable que los
políticos vayan a sacar un rédito electoral de esto, y que por otra parte los políticos que tiene una visión distinta también vayan a sacar beneficios políticos", señala.
"Eso genera un cribaje entre los manos dura y los más 'permisivos', o los que piensan que esto hay que tratarlo de otra manera. En la medida que eso se canalice electoralmente y dé lugar a soluciones colectivas yo creo que es positivo, pero en la medida en que eso se quede en una
enfrentamiento entre la población es obviamente algo que nadie quiere", advierte Somma.
Pero el sociólogo ve el escenario actual de la sociedad chilena como una mezcla positiva y negativa, donde se ven las dos caras. "Si uno compara esto con lo que pasó después del terremoto (2010) yo creo que se vieron ambas caras. Hubo mucha solidaridad, mucho pensar en el vecino, pero también hubo el lado oscuro de los saqueos a los supermercados", señala Somma.
El sociólogo recomienda
retomar, en la medida que hayan condiciones de seguridad y no exponiéndose a riesgos innecesarios, la vida cotidiana y empezar a volver a circular por las calles, volver a los trabajos, etc. "A medida que la población se repliegue en sus casas la ciudad se convierte en una ciudad fantasma que aumenta las oportunidades para que haya saqueos, vandalismo, etcétera", señala Somma.
Crédito: Agencia UnoPrecaución con las redes sociales
Por otro lado, para la socióloga Merino es importante "comprender que todos somos responsables, que la sociedad es una red donde no está dividida en dos bandos sino que
cada acto mío es un acto social que va construyendo sociedad".
"Cuidar el pánico,
no estamos en guerra, no se va a acabar la bencina, esas son historias pasadas, ahora vivimos en otro contexto social, cultural, político y yo creo que eso también ayuda mucho para manejar la situación de los niños,
si no cunde el pánico en los adultos en los niños tampoco", advierte Merino.
"
El uso responsable de las redes sociales es central. Me llegó un audio y empieza este pánico que no ayuda en nada, solamente nos lleva para adentro y finalmente termina hiriendo más el entramado social y veo en el otro a un enemigo todo el tiempo. Cuando yo creo que el 80% de la población hoy día quiere que sean escuchadas las demandas y tener reformas adecuadas que den respuesta", finaliza Merino.