El interior de la Catedral de Como, Italia.
Basilica Cattedrale Como
Los fieles de la diócesis de Como, al norte de Italia, que "sientan la necesidad de contactar con un exorcista" ahora podrán hacerlo a través de un servicio telefónico, que les responderá en un plazo máximo de 48 horas.
"Activo desde el 1 de febrero un servicio telefónico para que los fieles de la diócesis puedan acceder a los auxiliares del exorcista", revela la sede eclesiástica en su web, donde explica que se trata de un servicio que lleva a cabo "un grupo de sacerdotes y profesionales que asisten a los exorcistas en su ministerio".
El objetivo de la iniciativa es auxiliar a los fieles que se vean en la necesidad de requerir medidas de este tipo, por lo que el servicio buscará identificar signos que manifiesten la "necesidad de la intervención de un exorcista".
La diócesis detalla que al realizar un llamado será posible dejar un mensaje, el cual será contestado en un plazo de 48 horas, donde se señalará a la persona el contacto de un exorcista auxiliar cercano.
La organización religiosa explicó que "en la diócesis de Como, los exorcistas diocesanos sólo reciben a las personas enviadas por los auxiliares", es decir, estos actuarán como filtro para discernir los casos más serios.
Asimismo, la web de la Catedral de Como, detalla que el "Equipo San Miguel" —el grupo de exorcistas de la diócesis— es "una realidad nacida en 2012 e integrada por sacerdotes (los auxiliares más los que coordinan las actividades y también prestan apoyo formativo en varias áreas) junto con profesionales (entre ellos, por ejemplo, médicos, psicólogos, juristas)".
En tal sentido, aclaran que el nuevo servicio telefónico "desempeña un importante ministerio de escucha y orientación", puesto que los encargados de recibir las peticiones han recibido una "formación especial, están obligados al secreto y responden de sus actos ante el Ordinario dioscesano".
Por último, desde la Catedral señalan que son "muchos los aspectos que pueden llevar a pedir este tipo de apoyo, sabiendo que liberar del mal y de las perturbaciones espirituales es una alta forma de caridad. El exorcismo no es un rito mágico, sino un largo y exigente camino de fuerte y directa implicación personal (por eso la llamada telefónica es sólo un primer contacto cognitivo), que lleva a reconstruir la vida cristiana".