Es normal subir de peso después de las vacaciones o porque tuviste que estar en reposo varias semanas debido a alguna situación de salud, pero
¿alguna vez te ha sucedido que subes de peso sin una explicación clara?
Si crees que
llevas una vida saludable, no estás comiendo en exceso ni haciendo menos ejercicio, pero aun así
la balanza sigue subiendo, quizás llevas algunos hábitos o has vivido algunas situaciones que están provocando que
tu peso aumento. Ejemplos de esto son
el estrés y el agotamiento, pastillas para la alergia, porciones grandes de comida y no comer a las horas adecuadas, entre otros.
"Veo esto constantemente: puede que no te subas a la balanza por un tiempo y sientas que no has cambiado nada, y
de repente vas al médico y notas que has subido 4, 5 o 9 kilos.
Lo más probable es que haya algo en tu vida que haya cambiado lo suficiente como para marcar la diferencia, pero no tanto como para que lo notes", comentó la experta en obesidad e instructora clínica de medicina en NYU Langone Health, Alexandra Sowa según recogió la revista de salud Women's Health.
Si tienes un estilo de vida equilibrado y te pasa esto, especialistas en nutrición explicaron cómo influye cada uno de estos factores en tu masa corporal y cómo cambiarlos.
Estrés y agotamiento
Es normal que algunas personas tengan
estrés por alguna situación que se les haya presentado durante su jornada laboral, estudiantil o por alguna circunstancia de la vida,
pero lo que muchos no saben es que esto aumenta las hormonas grelina y cortisol, lo que hace que
aumente el apetito y puede provocar
antojos de carbohidratos. A su vez,
reduce la hormona leptina, que ayuda a sentirse saciado.
De hecho, según la publicación, un reciente estudio sueco que analizó a 3.872 mujeres durante 20 años, descubrió que cuanto más estresada estés, es más probable que tu masa corporal aumente.
Además, si te sientes constantemente tenso, ya sea física o emocionalmente, esto también puede afectar tu capacidad para descansar adecuadamente y la falta de sueño, también puede alterar tus señales de apetito.
"El
estrés y la falta de sueño pueden provocar una cascada de cambios hormonales que alteran el metabolismo y
afectan la sensación de hambre y saciedad", señaló Sowa.
¿Cómo dejar de sentirse estresado? La especialista recomendó que es importante que las personas intenten
controlar el estrés, ya sea con pensamientos positivos, practicando meditaciones y logrando tener un sueño reparador.
Para dormir mejor, la experta en obesidad recomendó algo que ya es conocido. Apagar el teléfono, el computador, el televisor por lo menos una hora antes de acostarse. Pero también, un estudio de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern señaló que es importante
dormir en una pieza totalmente oscura, y por eso es relevante invertir en cortinas de calidad para bloquear cada rayo de luz.
El informe descubrió que después de que algunos sujetos pasaran solo una noche en una
habitación con luz tenue, sus niveles de insulina a la mañana siguiente eran "significativamente más altos que los de quienes durmieron en la oscuridad", algo que también podría afectar tu metabolismo, ya que
grandes concentraciones de esta hormona dificultan la pérdida de peso, según señaló Tirissa Reid, especialista en medicina de la obesidad del Centro Médico de la Universidad de Columbia y miembro de la Junta Americana de Medicina de la Obesidad.
Uso excesivo de las pastillas para la alergia
Una investigación realizada por la Universidad de Yale confirmó que hay
una correlación entre el uso regular de antihistamínicos recetados y la obesidad, ya que algunos de
ellos pueden causar somnolencia, lo que podría reducir la probabilidad de hacer ejercicio y hacer que las personas se vuelvan sedentarias.
Junto con ello, Reid explicó que "no estamos completamente seguros de por qué, pero se cree que las histaminas, sustancias químicas producidas por el sistema inmunitario para combatir los alérgenos, influyen en el control del apetito.
Los antihistamínicos pueden hacer que comas más".
"Los antihistamínicos pueden hacer que comas más".
Tirissa Reid, especialista en medicina de la obesidad
¿Cómo revertirlo? Si tienes alergias estacionales y consumes constantemente pastillas para ello, el fundador del Centro de Alergia, Asma e Inmunología de Alaska, Jeffrey Demain, recomienda conversar con tu especialista de cabecera sobre "
tratamientos alternativos como aerosoles nasales con esteroides, antihistamínicos nasales
(que tienen menos absorción en el torrente sanguíneo y, por lo tanto, menos efecto sobre el hambre), inhibidores de leucotrienos o inyecciones para la alergia".
También sugiere
"usar un filtro HEPA, lavar las sábanas frecuentemente con agua caliente, mantener a las mascotas fuera de su dormitorio", ya que esto puede reducir la necesidad de medicamentos para tratar la alergia.
Las porciones grandes de comida
Hay porciones de comida que muchos creen que no engordan, pero la realidad es otra. Una investigación de la Universidad de Liverpool
publicada el año pasado,
reveló que
tras comer grandes cantidades de alimentos fuera del hogar, genera que la gente tienda a servirse raciones de comidas más grandes hasta una semana después, lo que obviamente suele afectar el peso.
En ese sentido, la dietista y doctora Lisa Young, afirmó que
servirse grandes porciones de alimentos está normalizado.
"Los estándares de la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) sobre cuántas 'raciones' hay en un paquete de comida se basan en la cantidad de comida que realmente come la gente, no en la cantidad que debería comer", agregó la médica.
¿Cómo cambiarlo? Young sugiere
analizar la cantidad de alimentos que consumes en cada comida. "Cuando viertas el cereal en el tazón por la mañana, viértelo de nuevo en una taza medidora. Lo que pensabas que era 1 taza en realidad podría ser 3 tazas, especialmente si estás usando un tazón grande", dijo.
Además, recomendó servirse
"una porción modesta en una plato pequeño y cuando termines espera 20 minutos", ya que ese es el tiempo que las hormonas del estómago demoran en llegar al cerebro y avisarle que estás satisfecho. Si pasa este periodo, puedes comer un poco más.
Comes lo correcto pero no en las horas adecuadas
Es normal que algunos tengan días ajetreados y se les pase comer a la hora adecuada, pero este
mal hábito, aunque no se coma demás,
no solo es perjudicial para la salud, sino que aumenta el peso, ya que esto implica picar entre horas.
La revista especializada en salud dio a conocer que existe una relación entre el ciclo circadiano y tu ingesta calórica. Esto puede significar que si ingieres el mismo sándwich o yogurt en la noche, en vez de a la hora de almuerzo, puede causar un mayor aumento de masa corporal.
Una investigación realizada en 2017 por el Hospital Brigham & Women's descubrió que cuando los estudiantes universitarios comían más cerca de su hora de acostarse y, por lo tanto,
más cerca de la liberación de la hormona del sueño, la melatonina, tenían mayores porcentajes de grasa corporal.
Los investigadores indicaron que esto se debe a que
la cantidad de energía que el cuerpo utiliza para digerir y metabolizar los alimentos disminuye a medida que el
reloj interno te indica que ya te prepares para dormir.
Para revertir lo anterior, y evitar sobre todo los picoteos nocturnos, Sowa recomendó anotar cada alimento que ingieras después de la cena y cómo te sientes después de ello.
"Esto te ayudará a saber si de verdad tienes hambre o simplemente estás aburrido", afirmó.
Además, aconsejó terminar la comida con una
cucharada de aceite de pescado que es saludable tanto para el cerebro como para el corazón. "Es una grasa saludable que recubre el estómago y
te ayuda a sentir menos hambre después", indicó.
Tu comida saludable está "llena de calorías"
Puede que comas muchas verduras y frutas, que los especialistas dicen que es fundamental incluir en la dieta. Sin embargo, eso no significa que tu plato de ensalada o tu postre no estén llenos de calorías que pueden generar que aumentes de peso.
Los estudios han descubierto que cuando comes algo saludable como yogur, cereales integrales, o ensaladas, parte de tu atención a la saciedad tiende a desaparecer, lo que puede provocar que se coma demás con todos los aliños que queramos.
"En varios estudios hemos descubierto que cuando percibimos un alimento como saludable, creamos un sesgo en nuestro juicio y pensamos (conscientemente o no)
que podemos comer más sin problema. Creemos que una ensalada es saludable, así que sentimos que podemos comer toda la que queramos con todos los aderezos o ingredientes que queramos", aseguró la doctora Véronique Provencher, profesora de nutrición en la Universidad Laval de Quebec, Canadá.
Para evitar lo anterior la experta
sugirió ser consciente del tamaño de las porciones y las cosas que incluyen tus alimentos, ya que hay aderezos que pueden ser muy calóricos.
También,
dijo que es importante comer de forma consciente. "Hemos descubierto que cuando comes y trabajas en la computadora, ves la televisión o una pantalla, te desconectas de las señales de hambre y saciedad", aseveró.
El envejecimiento
Con el paso del tiempo, "la velocidad a que tu organismo, en reposo quema la energía que obtienes de los alimentos
se ralentiza". Entonces, aunque comas la misma cantidad que cuando eras más joven, tu cuerpo simplemente no lo quema con la misma eficacia que cuando tenías 20 años.
Pese a que "no es una caída drástica", según Cheskin, "a medida que envejeces, probablemente también te vuelvas menos activa y te canses más, y
tu cuerpo tiende a perder masa muscular, que quema calorías de forma más eficiente que la grasa".
Para esto, Michele Olson, profesora de ciencias del deporte y educación física en Huntingdon College aconsejó
"mantener el ejercicio cardiovascular tres veces por semana durante 20 minutos, pero añade a eso un entrenamiento con pesas desafiante", mencionó.
Esto te permitirá
desarrollar masa muscular que quema calorías, según la experta.
Otra estrategia para acelerar el metabolismo es
reemplazar algunos carbohidratos de tu dieta por proteínas, que te hacen sentir saciado por más tiempo y requieren de más energía para digerirlas, quemando así más calorías.
Sowa, recomienda consumir 100 gramos de proteínas al día, como pollo magro, pescado, camarones o proteínas vegetales como garbanzos.