Luego de que
Virginia Giuffre, la mujer que acusó al príncipe Andrés y Jeffrey Epstein de abuso sexual, contara en sus redes sociales que fue chocada por un autobús y asegurara que le quedan
"cuatro días de vida", el conductor del vehículo entregó su versión de la historia,
diciendo que ella "exageró" sobre lo sucedido y desmintió sus declaraciones.
"He entrado en insuficiencia renal, me han dado cuatro días de vida, me trasladaron a un hospital especializado en urología.
Estoy lista para marcharme, solo que no hasta ver a mis bebés una última vez", afirmó Giuffre de 41 años esta semana en una publicación en su cuenta de Instagram, junto a una fotografía acostada en la cama de un hospital con su rostro lleno de moretones.
En el post, la ciudadana estadounidense y australiana explicó que los "cuatro días de vida" fueron el diagnóstico que los médicos le dieron después de sufrir un accidente de tráfico en el que su auto
"fue embestido por un autobús escolar a 110 kilómetros por hora", mientras ella "trataba de reducir la velocidad para tomar una curva".
No está claro dónde ni cuándo tuvo lugar el accidente de Giuffre. Sin embargo, la policía de Australia Occidental informó que había localizado un accidente en el que se había visto implicado un autobús la semana pasada
-un incidente menor al norte de Perth el 24 de marzo-, pero que no se había registrado ningún herido.
En conversación con el DailyMail, el conductor identificado como
Ross Munns coincidió con la versión de la autoridad policial y
desmintió el relato de la mujer, que en 2021 esgrimió en una demanda civil que Epstein la obligó a mantener relaciones sexuales con el príncipe Andrés, el segundo hijo de la reina Isabel, en al menos tres ocasiones cuando ella tenía 17 años (y él tenía 41) a cambio de 15.000 dólares.
Munns aseguró que el accidente tuvo lugar la tarde del lunes de la semana pasada, después de haber seguido durante tres kilómetros a un
pequeño Toyota Highlander de color blanco que circulaba por la calle lentamente. Además, indicó que
decidió adelantarlo, cuando iba a menos de 75 km/h y era seguro para él hacerlo.
Según relató, este fue el auto que estuvo involucrado en el choque y afirmó que estaba
siendo conducido por una mujer de 71 años, y no por
Guiffre. De hecho, dijo que
no recordaba que esta última estuviera en el interior del vehículo, aunque posteriormente, un informe policial sobre el incidente reveló que una mujer de 41 años iba como pasajera.
Munns contó que llevaba alrededor de 29 niños al momento de la maniobra, y señaló que cuando comenzó a adelantar al auto, este comenzó a girar repentinamente justo frente a él, sin señalizar para ingresar a una propiedad rural al norte de Perth, Australia Occidental.
Según su testimonio,
tocó la bocina, pero no pudo evitar el choque y dañó la luz trasera del automóvil, algo que él calificó como "una colisión menor".
Junto con ello, aseveró que se detuvo inmediatamente y que fue a ver cómo se encontraba la conductora del auto, quien también se había detenido y
añadió que estaba satisfecho, ya que no estaba herida. En tanto, reveló que él y la mujer de 71 años intercambiaron detalles, incluidos números de teléfono y que ambos se fueron después, aunque él decidió informar a la policía sobre el incidente porque sintió que las circunstancias eran "un poco sospechosas".
El conductor manifestó que no
tenía ninguna obligación de hacerlo, ya que la
ley solo exige que se informen accidentes si causaron daños superiores a dos mil dólares y, según su opinión, lo ocurrido no superó este valor.
"No es necesario presentar una denuncia policial si los daños son inferiores a dos mil dólares, pero me pareció sospechoso. Tenemos muy buena reputación y lo mejor es la seguridad", estableció.
Munns le comunicó esta situación por teléfono a la conductora como cortesía. Sin embargo,
ella lo llamó al día siguiente para decirle que había un pasajero en el auto que sufrió un hematoma en el ojo.
"Todo está exagerado y sé lo que pasó. Ni siquiera la vi en el auto", aseguró Munns.
Asimismo, afirmó que el accidente fue causado por la mujer que según expresó, cree que es una cuidadora de Giuffre. "
La conductora prácticamente se me metió delante. Me aseguré de que estuviera bien y fui a denunciarlo. Le pregunté si estaba bien y ella dijo: 'Sí, estoy bien'".
"Le pregunté si vivía aquí y me dijo: 'No, soy cuidadora', y le dije que tenía que poner la señal de giro cuando tuviera que girar. Eso fue todo lo que conversamos.
Me preguntó cómo estaban los niños y le dije que bien. No fue un accidente grave", añadió.
En tanto, el conductor del autobús dijo que el
impacto fue tan leve que
ni siquiera hubo algún daño en su Roo Bar, una barra diseñada para proteger su vehículo de los daños causados por el choque de los canguros en la carretera.
"No hay nada en mi Roo Bar.
Había 29 niños en el autobús y ni siquiera tomé una foto porque no estaba justificado", sostuvo y luego afirmó que
"la verdad es que me da pena. Si hubiera chocado con ese auto a 110 km/h, habrían muerto. Conduje ambulancias durante años en el campo y sé cómo mirar bien".
Además, Munns afirmó "
todos los autobuses en Australia Occidental están limitados a 100 km/h. Iba a 75 y solo cuando ella disminuyó aún más la velocidad decidí pasarla".
Sobre la foto que subió Giuffre en su cuenta de Instagram en la que aparece con el rostro morado, el hombre indicó:
"Simplemente me reí... No hay forma de que pudieras sufrir esa lesión si estuvieras en ese auto".