LOS ANGELES.- Indiana Pacers y Detroit Pistons regresaban por primera vez a la cancha de Auburn Hills en Detroit tras la brutal pelea que protagonizaron jugadores de ambos equipos y aficionados el pasado 19 de noviembre. En esta ocasión un falso aviso de bomba marcó el partido, que se tuvo que retrasar.
Indiana se impuso 94-81 en el partido disputado en la noche del viernes después de que comenzase con noventa minutos de retraso y ante el temor de público y jugadores.
"Nuestros jugadores tienen que saber afrontar estas situaciones. Estoy orgulloso de trabajar con un grupo de chicos como éste, que mostró su carácter, su fortaleza y su corazón", dijo el entrenador de los Pacers, Rick Carlisle.
"Estuvieron juntos y jugaron uno de los mejores partidos del año", agregó satisfecho.
Aproximadamente 40 minutos antes del inicio una llamada anónima alertó de la colocación de una bomba en los vestuarios del equipo de Indiana. Aunque la policía ya había registrado el vestuario, los Pacers fueron evacuados al autobús del equipo para una nueva inspección.
"Era mejor estar seguros que lamentar alguna desgracia", dijo Carlisle, que permaneció junto a sus jugadores en el aparcamiento durante unos minutos.
Posteriormente la policía determinó que no había ninguna bomba y los Pacers regresaron. Algunos jugadores no quisieron jugar, pero representantes de la liga les advirtieron de que serían sancionados.
"Somos humanos", protestó el jugador de los Pacers Jermaine ONeal. "Algo tan serio como una bomba no es algo que se pueda tomar a broma", agregó.
Tras el suspense el partido se desarrolló con normalidad y los Pistons cosecharon su tercera derrota seguida y rompieron la racha de 12 victorias consecutivas en su feudo.
Austin Croshere anotó 15 puntos y Reggie Miller 14 para los Pacers, mientras que Chauncey Billups hizo 23 para Detroit, que no pudo contar con su máximo anotador, Richard Hamilton, lesionado.
