VIÑA DEL MAR.- Rara vez un experimento puede ser tomado como una aproximación fidedigna de la propuesta final. Y la selección nacional no rompe la norma.
Más que un apronte, lo de anoche en Viña del Mar fue el entrenamiento con público de un grupo de hombres que buscan permanecer en la lista de elementos que serán destinados para el verdadero desafío: las eliminatorias mundialistas.
Lo anterior no supone un cuestionamiento a Nelson Acosta, quien en la antesala fue claro respecto de la utilidad del duelo contra el equipo mixto de la Quinta región, en el que la Roja acabaría imponiéndose por 1 a 0 con gol de Sebastián González.
Menos mal que era una jornada para observar rostros inéditos (ver recuadro), pues hubo puestos clave en que penó el talento de quienes actúan en Europa y en las otras ligas extranjeras.
De todas las funciones huérfanas de talento, el máximo ejemplo fue el de la de enganche. Tal como en la Copa América de 2004, Rodrigo Millar estuvo lejos de responder a la altura de lo requerido por el seleccionador.
Por momentos, el volante de Huachipato jugó en una misma línea con Jorge Acuña, quien era el volante central de la estructura de tres piezas que dispuso el calvo estratega nacional.
De no insistir con Millar, queda claro que Acosta reduciría sus fichas a David Pizarro, tomando en cuenta la inactividad de Jorge Valdivia (quien volvió a lesionarse) y su convicción respecto de que Luis Jiménez rinde más como "mediapunta".
Con todo, la selección fue superior al combinado regional de Carlos González y Jorge Garcés. Defensivamente no se complicó ante dos artilleros en forma (César Díaz y Joel Estay), aunque en ataque fue evidente la escasa contundencia.
Un tranquilo Acosta limitó la utilidad del encuentro en Sausalito.
"Se jugó pensando en Bolivia. En el primer tiempo la cancha estaba rápida y costaba controlar el balón. Terminamos chocando y resultó trabado. Después mejoramos, pero nos costó crear situaciones", comentó.
El DT dijo entender "la impaciencia de la gente" por el escaso brillo que demostró el cuadro nacional. "Pero ojo, que algunos anduvieron muy bien. Moisés Villarroel, por ejemplo, me confirmó que por la selección siempre anda bien. Igual que Acuña, otro probado. Casi todos respondieron, aunque a algunos les falta".
El pulso de los debutantes
De los cinco rostros nuevos convocados por Nelson Acosta, sólo tres se vieron en acción ayer en el estadio Sausalito. Y todos como titulares: el loíno Marcos Millape y los cruzados José Luis Villanueva y Eduardo Rubio.
Este último fue el novato que alcanzó un mejor rendimiento, pues exhibió gran movilidad por los flancos y criterio para entrar en juego.
Rubio comenzó recostado sobre la derecha y luego alternó por el otro carril. Desde el izquierdo, de hecho, provino el centro que conectó Sebastián González para batir al meta evertoniano Roberto González.
Durante el complemento, además, el jugador de la UC se recogió con propiedad para asociarse con los volantes.
Villanueva, en cambio, no trascendió. El atacante cruzado se movió de preferencia por la izquierda, en donde se topó recurrentemente con su ex compañero en la Roja sub 23, José Contreras. El wanderino ganó el duelo con autoridad.
El goleador de la UC nunca bajó los brazos, pero por el centro de la ofensiva tampoco encontró frutos. Fue sustituido al cabo del primer tiempo.
Millape, en tanto, se dedicó a cuidar el carril izquierdo sin grandes contratiempos. El ex albo casi no se proyectó, quizás por la misma indicación de no avanzar demasiado que recibió el otro lateral, Moisés Villarroel. De otra forma no se explica su casi nulo desdoblamiento. Cerró su presentación ubicado como volante defensivo por la derecha.
Los otros dos potenciales debutantes en la selección nacional (aunque el amistoso no se considere un choque clase A") se quedaron con las ganas de calzarse la camiseta roja. Nelson Pinto y Hugo Droguett permanecieron en Santiago, pues mañana intervendrán en el choque Universidad de Chile-Santos por la Copa Libertadores.
