Nadal y su objetivo: "Prefiero ganar el torneo antes de ser número uno"

MELBOURNE.- El español Rafael Nadal se instaló con autoridad en la tercera ronda del Abierto de Australia y encontró la fórmula que venía buscando para eludir la pregunta que lo persigue desde que llegó a Melbourne, esa que apunta a sus posibilidades de ser número uno del mundo.

"Estaría más que feliz si gano este torneo incluso sin ser el número uno", dijo tras arrasar hoy al francés Florent Serra por 6-0, 6-2 y 6-2. Su próximo rival saldrá del ganador del choque entre el francés Giles Simon y el alemán Rainer Schttler.

Una frase impecable, irreprochable, aunque con cierta trampa: ganar el torneo es la parte del trabajo que Nadal tiene que cumplir. La otra condición para que el español conquiste la cima del tenis es que el suizo Roger Federer no llegue a semifinales. O que no haya alcazado la tercera ronda en caso de que Nadal perdiera en una hipotética final.

Muchas hipótesis, muchas condiciones previas, algo de lo que Nadal y su entorno preferirían que no se hablase, porque sólo sirve para incrementar la presión sobre el jugador.Pero el dato es irrebatible: Nadal tiene la posibilidad, por primera vez desde que es profesional, de llegar al número uno. Nunca los números habían estado tan a su favor, aunque esté claro que el tenis no se nutre sólo de cifras, sino también de esfuerzo, talento, técnica y sudor.

Es lo que de alguna manera intentó explicar hoy Nadal. "Hace 15 Grand Slams, o algo así, que Roger no pierde antes de semifinales. Y yo jamás gané un Grand Slam fuera de la arcilla. Demasiadas coincidencias. Lo único que intento es dar lo mejor, mi mejor tenis, y preocuparme por mí. Llegar, en fin, lo más lejos posible".

Tras la exhibición de hoy puede, sin dudas, sentirse más seguro. Nadal brilló en el Rod Laver Arena, el principal escenario del complejo, y cerró el partido con un ace al medio de la cancha, el noveno del encuentro.

Fue un gran choque del español, que en los 94 minutos que duró el partido logró 39 tiros ganadores y cometió apenas 16 errores no forzados.

"Prefiero jugar de día que de noche", agregó de cara a su próximo partido, en un deseo que probablemente se le cumpla, porque la organización privilegia los partidos de las estrellas y aquellos en los que juegan australianos.

Nadal es estrella, claro, pero no jugará ante un local. Así que tras la tercera ronda muy probablemente no deba irse "a dormir con el sol", cosa que le sucedió "dos veces" el año pasado.

En el inglés aún imperfecto de Nadal, esa es la traducción literal de una frase en la que intentó decir que en 2007 terminó acostándose, por dos veces, cuando ya había amanecido. Cosa que -quién puede dudarlo- tampoco le importará si finalmente cumple ese deseo de ganar el torneo.