Sergio Eguigurén levanta la bandera chilena en la premiación del torneo BMW International Polo Series que se desarrolló en Johannesburgo, Sudáfrica, el 2013.
Federación de polo.SANTIAGO.- Chile se jugará hoy, a partir de las 17:00 horas, la opción de ser campeón mundial de polo por segunda vez en su historia. Para eso, la escuadra nacional deberá superar al complicado cuarteto de Estados Unidos en la cancha 1 del Club de Polo San Cristóbal.
En víspera del compromiso, Sergio Eguiguren, ex seleccionado nacional e integrante de la escuadra criolla que el 2013 se coronó campeona en el prestigioso torneo BMW International Polo Series que se desarrolló en Johannesburgo, Sudáfrica, da las claves de por qué los dirigidos por la dupla técnica de Martín Zegers y Alejandro Vial pueden coronarse monarcas planetarios nuevamente.
- Cómo llegan ambos equipos: "En esta materia, es evidente que los jugadores nacionales y en especial su monta, han debido enfrentar un mayor desgaste físico durante el desarrollo del campeonato. Después de ganar sus dos primeros partidos en tiempo adicional con gol de oro, en el triunfo de Chile en semifinales se desequilibró el empate a segundos del campanazo final, después de una intensa batalla en que Brasil vendió cara la derrota".
Esto se contrapone con el andar de Estados Unidos. "Después de un agónico triunfo en el debut contra Argentina (tal vez el mejor partido que se ha visto hasta ahora), enfrentó su segunda jornada de la fase grupal con la tranquilidad de tener amarrado el paso a semifinales antes de salir a jugar, mientras que en la semifinal de ayer tuvo al frente a una desdibujada Inglaterra que sólo le dio batalla los primeros dos o tres chukkers".
- Análisis de los cuartetos titulares: "Por otra parte, la formación titular que ha presentado Estados Unidos en el campeonato, viene jugando como equipo desde hace más de tres meses, durante la exigente temporada a 14 goles norteamericana —que además es el mismo límite de hándicap de este mundial—. Basan su fortaleza justamente en eso, en un engranaje cuyas piezas encajan con toda fluidez (sin menospreciar la calidad sobresaliente del uruguayo-estadounidense Felipe Viana)".
Mientras que Chile "si bien ha venido entrenándose con la anticipación y seriedad que amerita una instancia de esta categoría, no vino a definir sino hasta días antes del debut cuál sería la alineación estelar. Una ventaja para Chile, podría pensarse, ya que mantener el misterio hasta el final significa que salen a la cancha los cuatro de mayor rendimiento en ese minuto o tal vez los que mejor se adaptan al sello que la dupla técnica ha querido imprimir a su equipo".
Sin embargo, "hay un costo en el funcionamiento colectivo que es difícil de medir. Estados Unidos ha sabido sacar grandes dividendos de la naturalidad con que desarrollan jugadas colectivas y coberturas. Junto con ello, la solidez en la ejecución de tiros libres ha sido una constante en su desempeño y puede convertirse en un factor desequilibrante en una final de trámite friccionado".
- Importancia de la localía: "Chile, a su vez, tiene argumentos de sobra a los que aferrarse para dejar la copa en casa. La condición de local aporta un ingrediente que puede ser decisivo en la definición de hoy. Cada integrante de la selección chilena ha disputado innumerables definiciones de torneos importantes con la cancha 1 del San Cristóbal como escenario".
"Estados Unidos, por su parte, ha jugado sus partidos previos exclusivamente en la cancha 2, la cual —aunque no lo parece— tiene una calidad de pasto distinta. También ayuda el jugar en caballos que, aún siendo prestados (como es el caso de las montas de todas las selecciones), son más o menos conocidos en el medio local y tienen una fisonomía y preparación que resulta familiar a quienes juegan habitualmente en nuestro país".
- Por qué Chile debiera ganar: "Pero más allá de las consideraciones técnicas a tener en cuenta, no puede menospreciarse la dosis adicional de adrenalina que aporta el saber que cientos de familiares, amigos y petiseros que los vieron crecer, están acompañando de cerca a nuestros jugadores".
"Sin ir más lejos, en la semifinal con Brasil, después de pasar por un bajón en su juego hacia el tercer y cuarto chukker, donde Chile parecía no encontrar la manera de perforar la sólida defensa rival, no fue sino la fuerza y determinación con que salieron al quinto lo que hizo ir empujando las líneas, ganando yardas, forzando a los brasileros a caer en infracciones y finalmente dar vuelta un partido que por momentos parecía que se escapaba".
"No me cabe duda que los cuatro van a poner todo lo que tienen y algo más; que cuando la fatiga amenace con rendirlos, de algún lugar van a sacar las fuerzas y las ideas, para orgullo de quienes los alientan y para dejar bien puesto el nombre del país".