Tomás González presentando el tratamiento con que busca recuperarse de la lesión en el tobillo.
Instagram de Tomás González
SANTIAGO.- Tomás González encendió las alarmas. Su presencia en los próximos Juegos Panamericanos de Toronto está en duda debido a la lesión en el tobillo izquierdo que lo afectó el pasado 8 de mayo.
Pero el gimnasta chileno no se quiere perder la cita que se desarrollará en julio en Canadá. Para eso, está tratándose con la crioterapia, innovador tratamiento que consiste en aplicar frío sobre el organismo y en específico sobre la zona de la lesión.
En el caso del especialista nacional, desde esta semana, y tal como él lo informó a través de sus redes sociales, utiliza el sistema Game Ready, que es controlado por un microprocesador que hace circular agua y aire helados por vendajes circunferenciales.
"Esto es un motor que a través de mangueras llega hielo a una funda que es donde se envuelve el tobillo. Tiene que estar 20 minutos con eso y regula la temperatura exacta. Es tecnología de punta. Tomás es el primer deportista que lo está usando. Esperemos que le ayude", explica a Emol su madre, Marcela Sepúlveda.
Bajísimas temperaturas
Desde el 2013 que Cristiano Ronaldo se inclinó por la crioterapia. Pero a diferencia de González, el portugués usa el sistema de criosauna para mantenerse siempre en buen estado físico.
El atacante del Real Madrid se somete a sesiones cortas, de dos o tres minutos, donde ingresa a esta cápsula con temperaturas cercanas a los 200 grados bajo cero.
Es más, Cristiano decidió hacerse con una criosauna y seguir el tratamiento en su casa, sin necesidad de perder el tiempo en desplazamientos, y ganando intimidad. El aparato está tasado en poco más de 30 millones de pesos y lo instaló en su vivienda de la Finca, la lujosa urbanización donde residen la mayoría de los futbolistas del Real Madrid.
Y Floyd Mayweather lo siguió. En su extenuante preparación para la "Pelea del Siglo" del pasado 2 de mayo, el boxeador estadounidense se sometió todos los días previos a baños de nitrógeno líquido en un criosauna.
El púgil se volvió un fanático de este tratamiento e incluso solicitaba realizárselo en horas de la madrugada, por lo que obligaba al dueño del centro de salud donde iba a que le abriera cuando él quería.
