CIUDAD DEL VATICANO.- Decenas de miles de personas mantenían el viernes una vigilia nocturna en la Plaza de San Pedro mientras se deterioraba la salud del papa Juan Pablo II. Algunos sostenían velas encendidas, muchos lloraban y resonaban las plegarias en una multitud de idiomas.
Peregrinos y turistas empezaron a congregarse en la plaza del Vaticano el jueves por la tarde cuando se difundió la noticia de que se había agravado el estado del pontífice. Algunos se arrodillaban para orar sobre el empedrado y otros se protegían del frío nocturno envolviéndose en mantas.
"Cuando uno ve el vídeo de cuando fue proclamado Papa, uno ve cómo estaba de animado, de entusiasmado. Es muy triste ver cómo se vino abajo", se lamentó Tripp McLaughlin, estudiante estadounidense de vacaciones en Roma. "Sería una bendición que se fuera".
El viernes por la noche había un flujo constante de peregrinos en la Via della Conciliazione, la avenida principal que conduce a San Pedro, que fue cerrada al tránsito. Muchos rezaban el rosario, otros atisbaban con binoculares o los lentes de sus cámaras la ventana del tercer piso, donde están los aposentos papales.
La policía romana calculó que había 30.000 personas durante un rezo del rosario en la plaza, según una agencia local. La sesión de oraciones comenzó a las 9 de la noche conducida por el vicario general del Papa para el Vaticano. Las dos ventanas del departamento de Juan Pablo estaban encendidas, en contraste con la oscuridad de otras alas del Palacio Apostólico.
Camionetas de la Cruz Roja, ambulancias y socorristas de la Defensa Civil estaban apostados en la plaza en caso de emergencia.
La policía anticipó que cientos de miles de peregrinos llegarán a la ciudad en los próximos días.
"Estamos cerrando el área en torno del Vaticano y la policía estará presente en aeropuertos y estaciones ferroviarias para ayudar a los peregrinos a desplazarse por la ciudad", dijo el prefecto de Roma Achille Serra a la prensa el viernes.
La salud del Papa se deterioró rápidamente el viernes y el Vaticano dijo que estaba "muy grave".
Entre quienes concurrieron a la plaza el Viernes se encontraba el rabino principal de Roma, Riccardo Di Segni, quien dijo venía "a orar aquí a la piazza para compartir el pesar de nuestros hermanos por sus preocupaciones y como un indicio de calidez hacia este Papa y todo lo que ha hecho".
El ministro de agricultura Giovanni Alemanno dijo que "no hay nada que podamos hacer más que orar".
En otro punto de la ciudad, millares de peregrinos se concentraron en la Basílica de San Juan de Letrán para asistir a una misa vespertina y orar por Juan Pablo. El oficio fue celebrado por el vicario papal para Roma, el cardenal Camillo Ruini, y asistieron el presidente italiano, el primer ministro y otros altos funcionarios.
"Juan Pablo enfrenta la prueba más difícil de su larga y extraordinaria vida, y lo hace con la misma serenidad íntima y abandono leal a la voluntad de Dios con que siempre ha vivido, trabajado, sufrido y disfrutado", dijo Ruini en su homilía.
"Espero un milagro", dijo Luciana Biella, una concurrente al servicio.
En señal de respeto al deterioro de la salud de Juan Pablo, algunos partidos políticos cancelaron una serie de actos que habían planeado en Roma en anticipo a las elecciones regionales de domingo y lunes.
La invitación a suspender los actos provino tanto del primer ministro Silvio Berlusconi como del líder de oposición Romano Prodi. Berlusconi dijo también el viernes que cancelaba todos sus compromisos públicos en la jornada.
