QUITO.- La sesión extraordinaria del Congreso de Ecuador comenzó hoy con una propuesta del sector oficialista para ratificar la destitución de la Corte Suprema hecha por el presidente del país, Lucio Gutiérrez, al tiempo que declaraba el viernes pasado el estado de emergencia, que levantó 20 horas después.
La moción la presentó Roberto Rodríguez, del Partido Roldosista Ecuatoriano, que encabeza el ex presidente Abdalá Bucaram, aliado de Gutiérrez en el legislativo, y también contemplaba el inicio de la reforma de la Ley Orgánica de la Función Judicial, como pretenden los oficialistas.
Con la presencia de 85 diputados de los 100 que forman el Congreso, un quórum sobrado, se abrió la sesión con la sede del legislativo rodeada por fuerzas especiales del Ejército y policías antidisturbios, que mantenían alejados a numerosos manifestantes que piden "que se vayan" el presidente Gutiérrez y todos los políticos.
Tras la propuesta oficial, diputados opositores calificaron de inconstitucional tanto la declaración del estado de emergencia, que estuvo vigente desde la noche del viernes hasta la tarde del sábado, como la disolución de la Corte Suprema, mientras alguno de ellos tachó de dictatoriales las medidas presidenciales.
La oposición ha anunciado que presentará dos propuestas distintas, una de ellas para cesar a la actual Corte Suprema, pero sin ratificar la decisión presidencial que no aceptan, y otra para anular todas las actuaciones del Legislativo sobre el Poder Judicial adoptadas desde diciembre, cuando el Parlamento reestructuró el alto tribunal, lo que supuso el comienzo de la crisis.
Durante las primeras intervenciones de la sesión, el presidente de la Cámara interrumpió varias veces a los diputados para negar actitudes dictatoriales del Gobierno y su apoyo parlamentario, y reprendió a algunos legisladores que habían colocado carteles en apoyo de las protestas populares que se desarrollan en la calle.
La duración de la sesión parlamentaria es imprevisible y tampoco está claro si los diputados podrán llegar a un acuerdo mayoritario para adoptar una decisión.
Mientras tanto, en la calle la protesta continúa hoy en distintos puntos de Quito y, en actitud pacífica, muchos de los manifestantes se van desplazando hacia el centro de la ciudad, a las inmediaciones de la sede del Parlamento, caminando o en coches que hacen sonar sus bocinas en señal de protesta.
Ondeando banderas ecuatorianas y ataviados con camisetas de la selección nacional de fútbol, muchos de los manifestantes piden, de un modo casi festivo, la renuncia de Gutiérrez y de todos los políticos, que consideran que han sacado al país del estado de derecho.
Las protestas populares, que no cuentan con un liderazgo político y que han ido incrementándose desde que empezaron el miércoles pasado gracias a las convocatorias hechas por una emisora de radio quiteña, es difícil saber como pueden acabar.
Desde el sábado, las protestas empezaron a extenderse a varias provincias y muchos de los participantes aseguran que no cesarán hasta "tumbar a Lucio", el presidente Gutiérrez, que se ha convertido en su primer objetivo, mientras que los siguientes blancos son los diputados del Congreso, a los que también quieren echar del poder.
