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NASA cuenta con inédito plan de rescate si el Discovery presenta problemas

Los tripulantes abandonarían la nave y se refugiarían en la Estación Espacial Internacional (ISS), mientras el transbordador Atlantis despegaría en tiempo record para ir en su búsqueda.

11 de Julio de 2005 | 16:30 | AFP

Si sucediera algo parecido a los que le ocurrió al Columbia en febrero de 2003 (foto de arriba), los astronautas del Discovery tendrían que permanecer en la ISS (abajo).
CABO CAÑAVERAL.- Irreparable y sin su tripulación, el transbordador Discovery está a punto de reingresar a la atmósfera para desintegrarse, mientras en la Tierra la nave Atlantis se prepara para emprender vuelo hacia los astronautas refugiados en la Estación Espacial Internacional (ISS).

Este escenario de catástrofe digno de Hollywood es el plan B de la NASA para asegurar la supervivencia de los siete miembros de la tripulación del Discovery si la nave sufre daños graves en el despegue previsto para el miércoles, como ya ocurrió con el transbordador Columbia, que se desintegró al retornar a la Tierra el 1 de febrero de 2003.

El plan llamado "Refugio" estará a cargo de cuatro astronautas entrenados desde hace seis meses para una misión que esperan no tener que llevar adelante. Su comandante es Steve Lindsey, asistido por el copiloto Mark Kelly, y los especialistas Mike Fossum y Piers Sellers, de origen británico. Fossum es el único que no viajó nunca al espacio.

Estos rescatistas espaciales, todos en torno a los cuarenta años, casados y con hijos, no fueron elegidos por algún talento especial, sino simplemente porque seguían en la lista de astronautas destinados a la reanudación de los vuelos, interrumpidos casi dos años y medio por el accidente del Columbia.

Lindsey y Kelly son ex pilotos de prueba y veteranos de vuelos espaciales.

El Discovery llevará víveres y equipamiento de supervivencia que, si el transbordador se considera "dañado de manera crítica", serán "transferidos por la tripulación hacia la Estación", según el plan de la NASA.

De acuerdo con ese plan, "una vez que los insumos del transbordador se consuman, la nave sin tripulación será desacoplada a distancia por el centro de control de la misión de Houston, Texas, y se destruirá en la atmósfera terrestre".

Paralelamente, el transbordador Atlantis "se convertirá en el vehículo de rescate y la misión se centrará en lanzarlo y hacerlo llegar a la ISS antes de que los insumos se acaben".

Los siete astronautas refugiados, que se sumarán a los dos miembros de la tripulación permanente de la ISS, podrían estar más de un mes en órbita. Nueve astronautas estarían entonces en una Estación concebida para tres personas, con un generador de oxígeno conocido por su fragilidad.

La misión de rescate tampoco está libre de riesgos. El lanzamiento del Atlantis deberá hacerse rápidamente, sin poder realizar todos los ensayos habituales y poniendo en peligro la vida de la tripulación de esa nave, por lo que la NASA prevé una misión de este tipo sólo como último recurso.

Al regresar, el transbordador especialmente acondicionado transportaría 11 astronautas, lo cual también ocurriría por primera vez.

Para completar el panorama, una misión así dejaría a la NASA con una flota limitada a dos transbordadores, insuficiente para permitir la rotación entre cada misión, lo que condenaría de hecho al programa espacial estadounidense hasta la llegada del vehículo de reemplazo en 2010.

"Esperamos que la probabilidad sea tan baja que se trate simplemente de ponernos cinturón y suspensores", comentó recientemente el subdirector del programa del transbordador, Wayne Hale.

Entretanto, Cabo Cañaveral se prepara por primera vez en su historia al lanzamiento potencial de dos naves, trabajando a toda máquina para los preparativos de partida.
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