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Nombramiento de nuevo canciller provoca fuerte crisis en gabinete de Toledo

Renunció el Primer Ministro, Carlos Ferrero, y también el titular de Vivienda, Carlos Bruce, uno de los pocos personeros bien evaluados del alicaído Ejecutivo peruano.

11 de Agosto de 2005 | 18:30 | AFP

Toledo junto a su nuevo canciller, considerado como hostil por sus múltiples detractores.
LIMA.- La designación como nuevo canciller de Perú del controvertido político Fernando Olivera, quien juramentó este jueves en el cargo, provocó una profunda crisis en el gabinete de Alejandro Toledo con las renuncias del Primer Ministro Carlos Ferrero y del titular de Vivienda, Carlos Bruce.

La juramentación del resistido Olivera y la dimisión de Ferrero se sucedieron en pocos minutos, al punto de que cuando el primero era saludado en el Palacio de Gobierno, se difundía el comunicado de renuncia irrevocable del Premier.

En paralelo, se difundió también la dimisión del ministro de Vivienda, Carlos Bruce, influyente secretario general del gobernante partido Perú Posible, y el único personaje del gobierno que gozaba de popularidad por su gestión ministerial.

Bruce sostuvo la semana pasada una fuerte polémica con Olivera, en la que éste lo desairó al negarse a saludarlo en una ceremonia pública en que lo dejó con la mano extendida.

Olivera es líder del Frente Independiente Moralizador (FIM), partido aliado del gobierno y se desempeñaba como embajador en España.

Búsqueda de una crisis

Las sorpresivas renuncias de Ferrero y Bruce, llevaron al Presidente Toledo a dejar la casa de gobierno tras la juramentación del canciller para acudir de urgencia a las oficinas de Ferrero donde se reunió en privado con éste en busca de una salida a la crisis.

La dimisión de Ferrero obliga, por mandato constitucional, a la renuncia de todo el gabinete ministerial, incluido Olivera, para que el jefe de Estado recomponga su gabinete.

La crisis ministerial estalla dos semanas después de iniciarse el quinto y último año en el gobierno de Toledo, quien tiene una desaprobación promedio del 80%, según todas las encuestas, y que debe entregar el mando presidencial en julio de 2006.

Olivera es un político conocido por su estilo de confrontación, que ha mantenido abiertas discrepancias no sólo con los partidos de oposición, sino con personajes del propio gobierno. Su nombramiento ha sido duramente cuestionado por sectores independientes y de oposición.

Olivera, 45 años, reemplaza a un diplomático de carrera, Manuel Rodríguez Cuadros, quien renunció al cargo para dedicarse a actividades exclusivamente diplomáticas en el exterior.

También a causa del nombramiento, el internacionalista Alejandro Deustua, renunció a ser integrante de la Comisión Consultiva del ministerio de Relaciones Exteriores, un organismo integrado por notables que asesoran a la cancillería.

"Se han desencadenado los acontecimientos en forma más rápida de lo previsto", dijo Deustua, al recordar que Olivera hace poco apoyó una resolución que legaliza los cultivos de hoja de coca en el sur del país, aprobada por un presidente regional de su partido, lo que generó una tormenta política en el país.

"Olivera no tiene una posición firme en materia de narcotráfico y su apoyo a esa medida por defender a su gente de partido es algo peligroso porque pone en riesgo la decisión del gobierno de combatir el narcotráfico", subrayó el internacionalista.

El ex congresista Javier Valle Riestra, un reputado constitucionalista, calificó al flamante canciller de "persona nefasta por su falta de ecuanimidad y su falta de control" y vaticinó que provocará un "terremoto político en el país" porque cometerá "impertinencias mayúsculas".

"Es un político profesional, está bien para ministro del Interior porque tiene alma de policía y está bien para ministro de Justicia porque tiene alma de alcaide, pero encargarle la cartera de Relaciones Exteriores es una actitud suicida y de irresponsabilidad por parte de Toledo", dijo.


El ex canciller Luis Gonzales Posada, socialdemócrata, se declaró "turbado" por la designación de Olivera y opinó que "un canciller se debe caracterizar por su ponderación, serenidad y equilibrio, pero la personalidad de Olivera es exactamente lo contrario, porque es una persona de confrontación y de choque".

El embajador Hugo de Zela, un experimentado diplomático, dijo que hubiera preferido que sea un diplomático de carrera el nuevo canciller tras comentar que ve con "un gran signo de interrogación sobre la actuación que cumplirá Olivera".

El nuevo canciller es enemigo acérrimo del ex Presidente socialdemócrata Alan García (1985-1990), líder de la primera fuerza política de oposición y muy probable candidato en las elecciones de 2006, lo que hace surgir temores en sus partidarios de una ofensiva destinada a mellar su aspiración presidencial.
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