RABAT.- Más del 70 por ciento de los votantes marroquíes acudieron hoy a las urnas para participar en un referéndum sobre una reforma constitucional que sustituya a la Carta Magna de 1996 y que pretende recortar el poder de la monarquía, tras las demandas masivas de democracia en el país en los últimos meses.
Según el ministro del Interior, Taieb Cherkaoui, los datos preliminares indican que la participación electoral fue del 70,6 por ciento, según la información de dos tercios de los colegios electorales.
Esta cifra es significativamente mayor a la de las elecciones legislativas de 2007, cuando la participación electoral fue del 37 por ciento, y a la de los comicios locales de 2009, con un 51 por ciento.
Una alta participación es considerada un respaldo al régimen, en vista de que el movimiento de protesta "20 de febrero" había llamado a un boicot del referéndum.La consulta popular se llevó a cabo bajo "condiciones normales", añadió Cherkaoui.
Entre otras medidas, la nueva Carta Magna prevé que el rey deje de nombrar al primer ministro. De aprobarse, el jefe de gobierno será a partir de ahora el candidato del partido que salga más votado.El monarca tampoco podrá elegir a cuatro ministros clave -como hace ahora-, destituirlos o promulgar leyes sin el consentimiento del Parlamento. Además, la reforma prevé poner al mismo nivel la lengua bereber que la árabe.
El rey Mohamed VI y su hermano, el príncipe Moulay Rachid, emitieron su voto en un colegio electoral de Rabat.Unos 40.000 locales electorales abrieron en el país, mientras los marroquíes que viven en el extranjero pudieron votar en embajadas y consulados, una posibilidad que no tienen en elecciones legislativas.
El presidente del Parlamento, Abdelwahed Radi, alabó la reforma constitucional que, según él, inaugura una "nueva era". Según el primer ministro, Abbas el Fassi, la nueva Carta Magna colocará a Marruecos entre el grupo de países democráticos.
Prácticamente todos los partidos con representación en el Parlamento hicieron campaña por el "sí" a la reforma, presentada como un gran paso que hará avanzar la democracia en el país.
Sin embargo, gran parte del movimiento de protesta "20 de febrero", que llamó al boicot del referéndum, sostiene que la reforma no va lo suficientemente lejos y que fue elaborada por una comisión que no representa al pueblo.
La ola de protestas que sacudieron el mundo árabe también llegó a Marruecos en febrero, cuando decenas de miles de personas tomaron las calles en demanda de reformas democráticas y mejores condiciones de vida. Otras protestas menores han sido también constantes desde entonces.
