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Hansen rompe el silencio sobre tragedia de J. Fernández

A siete meses de la muerte de 21 personas en el avión CASA 212, la periodista entrega su punto de vista del accidente que le costó la vida, entre otros, a su pareja, Felipe Camiroaga.

15 de Abril de 2012 | 22:22 | Emol
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La Segunda

SANTIAGO.- El pasado 2 de septiembre 21 personas perdieron la vida en el avión CASA 212 que se estrelló en el archipiélago de Juan Fernández. Entre las víctimas, se encontraba el conocido animador nacional de TVN, Felipe Camiroaga, quien se convirtió en la cara visible de una tragedia que enlutó al país.

Y la pena por la partida del conductor del Buenos Días a Todos le afectó a muchos, pero muy en especial a Fernanda Hansen, su pareja, quien desde esa fecha nunca se había querido referir públicamente a lo sucedido ese día.

"He tenido varias invitaciones, genuinas y respetuosas, para referirme a un tema de connotación social que me sitúa como una especie de fuente. Las he denegado porque, al entender el rol de todo periodista, sé que habrá preguntas que no quiero responder, convencida de que lo íntimo me pertenece y no lo considero materia pública", comienza relatando la periodista en una carta escrita a radio Bío Bío, haciendo clara alusión a su rechazo a referirse sobre el tema.

La actual jurado del programa "Tu cara me suena" de Mega realizó un detallado análisis de toda la información que ha aparecido en los medios en los últimos días y que revelan que existieron ciertas descoordinaciones que pudieron haber ocasionado la tragedia.

"Nada de esto (información) es determinante en que se caiga un avión. Pero sí, habla de una Institución que en una eventualidad no posee información correcta, y se presenta frente a la ciudadanía desorganizada y por decirlo de alguna manera, desordenada dando declaraciones erráticas y peor, erradas", explica la periodista.

Sobre que los vuelos militares no tienen autonomía suficiente de combustible para ir y regresar, Hansen expresa que "’Así se ha hecho siempre y todos quienes vuelan están al tanto de aquello’, se argumentó. Aún si esta no era la causa del accidente, me pregunto: ¿en su actuar es responsable la FACh con esta práctica? ¿No sólo considerando civiles, sino a quienes pertenecen a sus propias filas, es justo incorporarse a la Institución para ‘servir al país’, cuando ésta cada vez que te hace volar, te hace jugar a la ruleta rusa?".

Lo último que se supo sobre el avión es que viajaba con una gran carga de sobrepeso, ante lo cual la ex pareja de Camiroaga comenta que "ahora tras 7 meses… ¡7 MESES! A la FACh la apodera un tardío ímpetu de transparencia y asume que el vuelo CASA 212 despegó con un 2% de sobrepeso. No se sabe con cuanto sobrepeso despegó el avión. Según la Fuerza Aérea, el documento con el listado del equipaje y carga se perdió con el aparato. Parece que no dejan copia en tierra cuando justamente esa documentación sirve de ocurrir un accidente. Ese 2% de sobrepeso es un calculo de la propia FACh".

Continuando con su análisis de lo sucedido, Hansen expresa que "he aquí el punto más delicado. No se trata de petróleo, piezas ni balanzas, se trata de personas, de ciudadanos. El goteo de verdades con el correr el tiempo sólo profundiza el trato incierto y emocionalmente pobre en el que se ha caído".

Finalmente la periodista señala que "soy una más de las indignadas. Y no hablo desde lo personal, lo digo desde mi rol ciudadana y manifestando la opinión que tantas veces me han solicitado revistas, diarios y demáses. Me preocupa y me parece que el accidente de Juan Fernández -además de ser un dolor en el corazón de muchos- es materia de Estado. Me siento frente a una Institución que no ha tenido un actuar pertinente a su calidad".

Carta completa de Fernanda Hansen

No soy muy buena para escribir, pero soy periodista. Hay temas que preferiría no tratar, pero soy periodista. Y hay momentos en que es más fácil callar, pero soy periodista.

He tenido varias invitaciones, genuinas y respetuosas, para referirme a un tema de connotación social que me sitúa como una especie de fuente. Las he denegado porque, al entender el rol de todo periodista, sé que habrá preguntas que no quiero responder, convencida de que lo íntimo me pertenece y no lo considero materia pública.

Sin embargo, cuando se trata de un accidente que involucra la muerte de 21 compatriotas, una institución pública como la FACh, la investigación de un fiscal y declaraciones obligadas de Gobierno, me es imposible callar. Porque tal como cada uno de los chilenos que libremente se hacen preguntas, yo también me las hago, y, además, como periodista por cierta “responsabilidad profesional” las hago públicas.

Fuerte y claro sentenciaba el presidente Piñera en septiembre del año pasado: "Se cumplieron todos los protocolos de la Fuerza Aérea. No sabemos exactamente lo que pasó y a lo mejor nunca lo vamos a saber… toda la planificación de vuelo, por la información que tenemos, se hizo de acuerdo a los protocolos de seguridad y que la ejecución del vuelo fue de acuerdo a lo planificado".

No soy experto, perito, fiscal ni menos juez. Soy una más de las que sabe de los cientos de rumores que circulan y de las cada vez más informaciones que devela la prensa.

De todo lo que se especuló y se especula, me haré cargo de lo que se reveló y "aclaró" a través de los medios de Comunicación Social.

¿Dónde está el Piloto?

Finalmente no era la teniente Fernández la que comandaba el avión. El plan de vuelo realizado por Mallea (comandante del vuelo) además había sido elaborado 2 veces, por datos errados.

La respuesta frente a este hecho fue argumentar que era irrelevante quién figuraba como Comandante pues el CASA 212 permite ser piloteado desde ambos comandos. Y que equivocarse al escribir el plan de vuelo es un detalle que nada tiene que ver con el accidente.

Y claro, nada de esto es determinante en que se caiga un avión. Pero sí, habla de una Institución que en una eventualidad no posee información correcta, y se presenta frente a la ciudadanía desorganizada y por decirlo de alguna manera, desordenada dando declaraciones erráticas y peor, erradas.

La panne del tonto

Que el avión se quedó sin combustible y que por ello cayó, fue uno de los supuestos. Con el correr del tiempo, nos enteramos que los vuelos militares viajan sin autonomía suficiente de combustible para ir y regresar.

"Así se ha hecho siempre y todos quienes vuelan están al tanto de aquello", se argumentó. Aún si esta no era la causa del accidente, me pregunto: ¿en su actuar es responsable la FACh con esta práctica? ¿No sólo considerando civiles, sino a quienes pertenecen a sus propias filas, es justo incorporarse a la Institución para "servir al país", cuando ésta cada vez que te hace volar, te hace jugar a la ruleta rusa?

Parece algo así como…"que te vaya bien. Tienes sólo una oportunidad. Si no te alcanza para ir, no te molestes en volver". Y aunque se dijo que era una práctica habitual en la aviación mundial, al menos no pareciera hacer sentido cuando se trata de civiles.

"Nunca ha pasado nada" recibí de respuesta cuando cuestioné este hecho. Quizás es hora de darse cuenta que la historia cambió.

Caballitos de batalla

A los pocos días del accidente ya corría fuertemente el rumor, desde filas al interior de la FACh, que a los aviones CASA no se les realizaban las mantenciones pertinentes. Nada se dijo sobre esto, hasta que se reveló por la prensa.

Nuevamente se argumenta que el llamado "perno" no cambiado y que "funcionaba adecuadamente después de diversas pruebas" no tendría incidencia en las causas del accidente.

Y aun así, me pregunto: ¿Corresponde que el documento de la empresa fabricante enviado a la FACh haya sido obviado parcialmente al cambiar sólo 3 de los 4 pernos, como éste instruía?

Tratándose de equipamientos de la Fuerza Aérea costeadas por el Estado con un presupuesto altísimo (se habla que Chile es uno de los países que más invierte en materia de Seguridad), como ciudadana espero y exijo que su funcionamiento esté respaldado no en un 100%; sino un 120%.

¿Quién pagó el impuesto de sobrecargo?

Ahora tras 7 meses… ¡7 MESES! A la FACh la apodera un tardío ímpetu de transparencia y asume que el vuelo CASA 212 despegó con un 2% de sobrepeso.
No se sabe con cuanto sobrepeso despegó el avion. Según la Fuerza Aérea, el documento con el listado del equipaje y carga se perdió con el aparato. Parece que no dejan copia en tierra cuando justamente esa documentación sirve de ocurrir un accidente. Ese 2% de sobrepeso es un calculo de la propia FACh.

Y claro, una vez más, se argumenta que un 2% no incidiría en las causas del accidente. Y se agrega como si fuese más "irrelevante" el dato aún, que esto no provocaría un mayor gasto de combustible para así eximir una supuesta responsabilidad de la autonomía de vuelo del avión como causa del desplome.
Pero insisto y pregunto: ¿es parte del protocolo de seguridad (como dijo el Presidente tras ser informado que se habían cumplido todos) despegar con sobrepeso? ¿Es una práctica habitual de la FACh?

Sin ser experta, sé que si los aviones tienen un límite de peso, no es por un tema arbitrario, sino justamente porque hay entre otras, materias de seguridad involucradas en ello.

"No hay camino a la verdad, la verdad es el camino"

Supongo que la FACh, entre otras cosas, prepara a su gente para la guerra. Y desde aquella consiguiente relación con la muerte, la importancia emocional que cumple la Institución para con los deudos.

Y h
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