El 2009 fue la primera vez que el Dakar se corrió en Chile. Ese año sólo cinco pilotos nacionales de moto partieron en Buenos Aires. Uno de ellos era Andrés Tamm, desconocido para la mayoría hasta ese entonces. Pero sólo hasta que largó la carrera. Esto, porque luego de las tres primeras jornadas el sanfernandino era el mejor criollo en la ruta, incluso con resultados más consagratorios que los de “Chaleco” López.

Lo lamentable fue que un duro accidente en la cuarta etapa mató las ilusiones de este colchagüino. Arrancó la cuarta especial en el puesto 22, pero cerca del kilómetro 400 del tramo que une las localidades de Jacobacci y Neuquén sufrió una caída que lo dejó fuera de competencia, y con fuertes fracturas en sus costillas.

A pesar del accidente, Tamm vuelve a la carga. “Son 25 años arriba de una moto, que no se dejan de la noche a la mañana, es una pasión y un desafío personal, no puedo colgar el casco sin terminar un Dakar”, resume el piloto.

Para esta versión de la prueba, este empresario agrícola le arrendó la moto al ex competidor Jordi Arcarons.