Víctor Abarca, El Mercurio
SANTIAGO.- Un estudio realizado por el Ministerio de Economía Fomento y Turismo sobre Insolvencia y quiebra en Chile asegura que proceso de quiebra en Chile dura en promedio 3,2 años, cuesta un 14,5% del patrimonio y tiene una tasa de recuperación de un 30%.
Estos resultados contrastan de forma significativa con el promedio de los países desarrollados que es 1,9 años, 8,8% y 70% respectivamente. Incluso Chile se encuentra por debajo del resto de los países latinoamericanos.
La investigación también aclara que en Chile cada año en promedio quiebran 155 empresas, mientras que un número mucho mayor resuelve su situación en la informalidad (se ha estimado en dos mil empresas al año).
Para poder declararse en quiebra o acogerse a la ley, según el abogado Roberto Montt, socio del Estudio Montt y Montt Asociados, la persona debe tener dos o más obligaciones vencidas por más de 90 días de corridos que provengan de obligaciones distintas y que sumen 80 unidades de fomento.
Por otra parte, dicha persona o empresa no debe haber sido notificada de una demanda de liquidación forzosa o de cualquier otro juicio ejecutivo iniciado en su contra, que no sea de origen laboral.
"Este procedimiento puede ser una oportunidad para renegociar sus deudas y buscar una alternativa, pero si ya ha sido demandado se verá imposibilitado. Además aconsejamos informarse bien sobre los beneficios y perjuicios que puede generar, recuerde que uno de los requisitos es declarar sus bienes embargables, lo cual puede significar que el cumplimiento de este acuerdo genere una liquidación inmediata de sus bienes", explica Montt.
Los mecanismos de estipulación de solución es contemplada tanto para personas deudoras, pequeñas y medianas empresas, donde se podrán renegociar y liquidar tanto a la persona como a la empresa.
En el caso de personas naturales, la liquidación es un procedimiento judicial que tiene por finalidad la liquidación rápida y eficiente de los bienes de la Persona Deudora, con el objeto de propender al pago de sus acreedores. Mientras que la liquidación de empresa es un procedimiento judicial que tiene por finalidad la liquidación rápida y eficiente de los bienes de la empresa deudora con el objeto de propender al pago de sus acreedores cuando ésta no es viable.
"Ahora cuando la empresa es viable, la Reorganización de empresa es la alternativa y esta consiste en un procedimiento judicial, que tiene por finalidad la reestructuración de los pasivos y activos de la empresa deudora", indica el abogado.
Las personas deudoras y que cumplan con los requisitos para la renegociación deben concurrir directamente a la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento para someterse a un procedimiento administrativo y gratuito. Aquí, la Superintendencia actúa como facilitadora de acuerdos entre la Persona Deudora y sus acreedores. Este procedimiento tiene por finalidad la renegociación de las obligaciones del deudor o la ejecución de sus bienes para el pago de sus obligaciones vigentes.