SANTIAGO.- Lo que hace un tiempo parecía ser un término sacado de una película de ciencia ficción y de androides hipermodernos ya está adentrándose en el día a día de muchas instituciones y distintos rubros en nuestro país: la
inteligencia artificial salió definitivamente de los laboratorios para cambiar la forma en que se consume, trabaja y produce.
Con el propósito de entender cómo puede impactar la irrupción de este sistema en la economía chilena es que, por encargo de Microsoft, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) desarrolló un ejercicio de simulación de escenarios alternativos de adopción y difusión de esta tecnología en América Latina y nuestro país.
De acuerdo con el estudio, apenas un 22% de los trabajadores cuenta con las habilidades que se potenciarán con la inteligencia artificial.
En este sentido, la estructura del mercado cambiaría y los investigadores armaron un listado con las ocupaciones más y menos susceptibles de ser automatizadas en el futuro. Entre las más probables, están, por ejemplo, el trabajo de los operadores de entrada de datos, contratistas, vendedores telefónicos y bibliotecarios.
Por otro lado, entre las ocupaciones menos probables de ser automatizadas están los profesores, psicólogos, farmacéuticos y consejeros agrícolas.