El ministro de Desarrollo Social y Familia, Sebastián Sichel, se refirió en EmolTV al proyecto de ingreso mínimo garantizado, cuya discusión pasó a comisión mixta luego que Cámara rechazara que el beneficio del subsidio se le entregue a trabajadores de empresas con ingresos por ventas superiores a las 75 mil UF anuales
La autoridad aseguró que si se aprueba la propuesta de la oposición, que busca que en el caso de las grandes empresas sean ellas las que financien la diferencia y no el Estado, quedarían fuera 200 mil personas.
"Con este proyecto dicen que queden afuera y ojalá las grandes empresas les paguen el subsidio, y no hay cómo obligarlas a que reciban este aumento por las empresas (…) Se plantean soluciones simples para problemas complejos. El problema del ingreso es uno de los problemas más complejos que tenemos en Chile, ojalá se pudiera simplemente subir los sueldos porque cambian las leyes (…). Con parlamentarios jóvenes me pasó que hablaban mucho. 'Mira son solo mil pesos diarios para cada persona'. Para gente que gana 250 mil pesos, esos mil pesos pueden mejorar un poco la vida", sostuvo.
El ministro, además, insistió en la urgencia de aprobar el proyecto: "Una semana más de retraso es una semana más en que trabajadores ganan 20% menos", expuso, junto con señalar que "este subsidio no es que vaya a solucionar el problema, para nada, una persona que vive con 300 lucas líquidas no vive todavía con lo necesario, pero da un paso adelante, aumentando hasta en un 20% el sueldo de esa persona".
Consultado por las prioridades de la discusión, considerando que parte del FA está evaluando presentar la acusación constitucional contra el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, Sichel señaló que "mi urgencia es que va a pasar otro mes sin que reciban este subsidio y veía puntos de prensa afuera de gente que pedía la inhabilidad del Presidente, parlamentarios corriendo desesperados para ver si acusaban constitucionalmente a Blumel. Esa discusión era la relevante, cuando tenemos esta discusión hacia arriba, a mí me preocupa una oposición que está preocupada de esa conversación del pasillo y no de la conversación particular de esto".
Agregó: "Hay muchos sectores de oposición que siguen siendo democráticos (…) y otros persiguiendo cámaras para ver cómo le hacían zancadillas al Gobierno en vez de estar resolviendo esto".
Finalmente, por la respuesta a la agenda social del Ejecutivo tras el estallido social, dijo que "si algo nos pasó en el Gobierno, y aquí bien franco de lo que ha pasado desde la crisis, es que ese sentido de velocidad (ahora) lo tenemos. Hay muchas de estas cosas que las teníamos en el programa de Gobierno, pero lo que hacíamos era debatirlo, con 'tira y afloja' con el Congreso. Después de la crisis uno dice '¿saben qué?, esto es un asunto de velocidades: mientras más rápido avancemos, más posibilidades tenemos de responderle a las personas en lo que les duele todos los días'".
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