Largas cuarentenas, cierre de restaurantes y hoteles que recién comienzan tímidamente a reabrir y la caída en las exportaciones, son parte de los factores que han golpeado fuertemente a los productores de la bebida emblemática -y disputada por su denominación- tanto de Chile como de Perú: el pisco. Y si bien las cifras en el sector pisquero del vecino país son más oscuras, lo cierto es que ambos han debido lidiar con un escenario complejo producto de la pandemia.
En Chile, según la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), las exportaciones de pisco cayeron 21% durante el primer semestre frente a lo que fue el mismo periodo de 2019. Entre enero y junio se exportó un total de US$921.983 de pisco, mientras a esa fecha el año pasado los envíos representaron US$1.161.129.
El mayor receptor de pisco chileno es Estados Unidos, que en los primeros seis meses del año acaparó el 27% de los envíos, aunque los US$253.262 de esta bebida exportada al gigante norteamericano representaron un descenso del 31% respecto a lo que fue el primer semestre de 2019. Le siguió Argentina, que se quedó con el 15% y registró un explosivo aumento de 1.894% en envíos. Más atrás se posicionaron Canadá (12%), Alemania (9%) y España (8%).
De acuerdo con los datos de Pisco Chile A.G, las ventas a nivel local entre marzo (mes en que se instaló el coronavirus en el país) y julio, retrocedieron un 7%, pero esperan que en el tercer trimestre se anote una recuperación del 9% producto del retroceso en las medidas de confinamiento, sobre todo en la Región Metropolitana, en donde la reapertura de bares y restaurantes ha traído cierto grado de optimismo al sector.
"Ha sido un impacto muy fuerte", sostuvo a Emol el presidente de Pisco Chile, Francisco Hernández, quien apuntó que el sector ya venía resentido producto del estallido social. Así, señaló que los productores que se han visto más perjudicados son aquellos dependientes del canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), mientras que hay otros que han logrado promocionarse en diferentes segmentos, y aquellos grandes con mayor presencia en el comercio "han capeado de mejor forma el temporal".
De todas formas, afirmó que los 18 productores asociados al gremio han logrado sobrevivir, y resaltó que "ha ayudado mucho esta posibilidad de congelar contratos de trabajo, hay algunos que han logrado mantenerse con algún canal de ventas mediano. No hay ninguno que haya llegado a ese extremo de tener que cerrar".
Dicho eso, Hernández subrayó el "optimismo" presente en el sector de cara a los próximos meses, en los que confía en que las ventas tendrán un "interesante" aumento de aquí a fin de año, siempre que no haya "un nuevo estallido social".
"Hay nuevos hábitos de consumo, la gente está haciendo más reuniones sociales en las casas, algunas personas han hecho pequeños negocios con venta de pisco sour en los condominios o en los edificios en donde viven. Hay varias cosas que se han ido reinventando"", expuso.
Situación en Perú
Yendo hacia territorio peruano, las exportaciones de pisco en ese país se desplomaron 59% entre enero y mayo, sumando US$1.049.000, en comparación a los US$2.545.000 generados en el mismo periodo de 2019, según la Asociación de Exportadores (ADEX) de Perú.
En este sentido, los mercados que recibieron en mayor grado el pisco peruano fueron Estados Unidos, concentrando el 37% del total (US$ 384.365), seguido por España con US$92.759 (-70%) y Australia con US$ 53.145 (-30%).
Según Promperú, en 2019 las exportaciones de pisco llegaron a US$6,88 millones (18% más que en 2018), y de enero a julio de 2020 a penas se despacharon US$1,65 millones.
"En términos generales, según datos oficiales, hasta julio de este año ha caído 40% la venta".
Daniel Benevides, productor de pisco en Perú
Hernández, de Pisco Chile, expuso que la principal razón que explica la mayor afectación en las exportaciones del pisco peruano en comparación con las del chileno, dice relación con que el destilado del vecino país es más dependiente del canal Horeca,
"venden al resto del mundo a través de restaurantes peruanos, así de simple", aseguró.
"La situación es desastrosa", dijo a la agencia AFP José Moquillaza, un reconocido productor local, agregando que "se estima que la producción anual es de unos 10 millones de litros, y este año, con la paralización, se llegaría a colocar unos tres millones de litros"
Mientras que Daniel Benavides, productor de pisco en el Valle de Ica y representante de la marca Huamaní, comentó que "hay una afectación significativa para toda la industria: productores de uva, empresas de pisco y comercializadoras".
"El distanciamiento social ha generado la disminución del consumo de bebidas espirituosas, y el pisco se consume en eventos sociales, bares y discotecas", añadió, lo que llevó a que el pisco Huamaní sufriera la caída de un tercio en las ventas, obligándolo a reducir personal y salarios. "Y en términos generales, según datos oficiales, hasta julio de este año ha caído 40% la venta", afirmó Benavides.
