La idea de declarar zona franca a Chiloé reflotó, como una alternativa para hacer frente a las dificultades económicas en la isla. Se trata de una iniciativa que por años ha sido debatida entre autoridades, dirigentes comunitarios, entre otros actores sociales.
Según consignó el diario El Llanquihue, distintos especialistas una eventual ejecución de esta medida podría fomentar la importación de materias primas, fabricación de productos y la comercialización a nivel nacional e internacional.
Uno de los que apuesta por este nuevo estatus para la provincia de Chiloé es el senado
r Iván Moreira (UDI). "Creemos que el Gobierno debe abrirse a estudiar las posibilidades de implementar una zona franca para Chiloé, entendiendo que otorga una serie de beneficios que podrán dar ese impulso que tanto necesita nuestro archipiélago", dijo.
"El Banco Mundial ha establecido que las zonas francas tienen un impacto significativo para las regiones destacando entre las principales bondades la generación de empleo en zonas extremas; incentivos fiscales para residentes y empresas y un fortalecimiento de las relaciones comerciales", resaltó el senador, añadiendo que "Chiloé tuvo beneficios que provocaron cambios importantes. En los 60'. la llegada de productos importados tuvo un impacto positivo".
Desde el oficialismo, el diputado Alejandro Bernales (PL) apunta a la necesidad para los isleños de contar con algún beneficio económico, dada las singulares variables de la geografía de Chiloé. "A mí me parece que por las características geográficas de Chiloé, sí debería tener la provincia un trato diferenciado respecto al país. No sé si una zona franca, pero tiene que haber algún tipo de beneficio para quienes viven ahí", afirmó.
Mientras que para el alcalde de Queilen y presidente de la Asociación de Municipios de Chiloé, Marcos Vargas (DC), la zona franca se trata de una idea interesante, pero que debiera ir más allá de los discursos.
"Siempre se habla de nuevos, mayores y mejores beneficios para la Isla de Chiloé, por supuesto que uno ve esto con muy buenos ojos. Este no es un tema nuevo, lleva mucho tiempo en la palestra y que sale cada cierto tiempo, y no me extraña que salga nuevamente en un año electoral, en ese sentido, cualquier autoridad ya sea alcalde, concejal, consejero regional o parlamentario, y también la sociedad civil organizada, nadie podría tener una opinión en contra sabiendo las bondades que traería", manifestó.
Por eso llamó a tomar este tema "en serio. La asociación de municipios puede jugar un rol en cuando a hacer gestión política, y articular voluntades que permitan que finalmente este tema vaya al Congreso".
Si bien, según se expone en El Llanquihue, Chiloé nunca ha sido una zona franca, la historia señala que a finales de la década de los 50', contó con la denominación de "Puerto Libre", autorizándose el ingreso de mercaderías extranjeras exentas de pago de derechos de importación".
Andrés Barrientos, cofundados de Fundación Ciudadano Austral, sostuvo que "para la posibilidad de crear nuevas zonas francas en Chile tienen que confluir tres aspectos fundamentales: voluntad política, conocimiento y apertura a la innovación con base y evidencia.
"Lo que tenemos actualmente como zonas francas en el país, sin mecanismos tributarios que fueron concebidos a mediados de los años 70', y los avances en desarrollo de zonas francas a nivel global han ido hacia la implementación de zonas francas 4.0, que abren las posibilidades para innovación, desarrollo territorial, inversión e internacionalización regional", acotó.
Mientras que el presidente de la Cámara de Comercio de Ancud, Rodrigo Araya, declarar zona franca a Chiloé sería "una gran oportunidad para esta localidad".
"Tengo entendido que los resultados de las zonas francas siempre van a ser positivos, pero si no hay una buena argumentación y defensa, vamos a seguir con el 'veremos' a futuro. Hay que materializar las mejores propuestas para que Chiloé se convierta en una zona franca a futuro", agregó.
