Un nuevo término ha nacido en Francia para referirse a este fenómeno que ha surgido con Sarkozy, la “pipolización”, que se refiere a los personajes que salen en las portadas de la revista “People”. Es que nunca antes había sucedido esto con algún mandatario galo.
Pero ya lo advirtió Nicolas Sarkozy, el sexto Presidente de la V República de Francia, cuando en mayo pasado, y tras ser elegido, declaró su intención de renovar la manera de gobernar tan tradicional de los franceses, al "marcar una ruptura con una deplorable tradición de nuestra vida política: la hipocresía y la mentira".
Nicolas Paul Stéphane Sarkozy de Nagy-Bocsa, alias “Sarkochic” y “Bling-bling”, en alusión al ruido que hacen las joyas cuando chocan, nació en París, el 28 de enero de 1955.
Se crió en la lujosa zona parisina de Neuilly-sur-Seine, lugar del que sería elegido concejal a los 22 años, inaugurando así su carrera política. Más tarde, en 1983 y con sólo 28 años
de edad, llegaría a ser alcalde, el más joven que ha tenido esa localidad, la que hoy se conoce como “Sarkoville” o “Sarkolandia”.
Pero no todo ha sido éxito en la vida de Nicolas. A los cuatro años, su padre, Paul Sarkozy, un inmigrante húngaro que con su personalidad y encanto supo escalar en la sociedad parisina, abandonó el hogar, dejando al actual Mandatario galo y a sus dos hermanos (Guillaume y Françoise), con una madre que debió retomar sus estudios de derecho para sacar adelante a la familia, ya que la ayuda financiera del Paul brilló por su ausencia.
Rodeado de amigos y compañeros de colegio ricos, Nicolas dice haber sacado importantes lecciones de esta etapa. “Lo que me hizo lo que soy ahora fue la suma de todas las humillaciones sufridas en mi infancia”, ha declarado.
Por eso llama la atención que este hijo de húngaro y de una madre judía de origen griego Cualquiera, dijera, en calidad de ministro del Interior del gobierno de Jacques Chirac, que los inmigrantes que dejaron en llamas a París en el 2005 eran una “basura social” y amenazara con “limpiarlos a manguerazos”, mientras decretaba el estado
