Analizamos nombre por nombre los méritos y los posibles puntos débiles con que cada artista llega a Viña. ¿Conviene agendarse y verlo, o es mejor pasearse por otros canales? ¿Cómo les irá con el Monstruo? Ve aquí nuestro veredicto. / Por Sebastián Cerda.
Camila
23 de febrero
Por qué verlo: Porque en Viña 2009 los vimos recién en el despegue, e impulsados apenas por un par de éxitos. Ahora, en cambio, son parte de la primera división romántica latina, y Chile ha sido testigo de ello: El trío ya anota presentaciones a tablero vuelto en el Teatro Caupolicán y la Arena Movistar.
Por qué hacer zapping: Porque el romanticismo exacerbado, ése que se juega sólo en ritmos lentos y que habla de sufrir por amor, es como un bocadillo repleto de manjar, merengue y chocolate. Para muchos, un par de probadas son más que suficientes, antes de que se vuelva empalagoso.
Pronóstico: El Monstruo de Viña puede identificarse por su crueldad con los humoristas, pero también por su marcada predilección por lo romántico. Temas de coros recordables, que se puedan cantar brazos arriba, "con sentimiento" y a viva voz, tienen todas las de ganar en Viña. Y en eso, los Camila son expertos.