Según expresaría Baskt después "después de escuchar atentamente mi lección, coge sus lápices de pastel y sus pinceles y hace cosas completamente distintas de las mías".

Desde esos primeros años de creación más definida Chagall ya mostraba una cierta inclinación por el surrealismo, corriente que se hará más explícita en sus obras posteriores, cuando su trabajo se impregne de un humor y grandes fantasía sobre su ciudad natal, su familia, la religión y su mundo subconsciente.

Un pintor errante

Desde 1910 vive en París donde permanece hasta 1914. Como posteriormente escribiría, con la ciudad de las luces queda "profundamente impresionado" por las galerías y salones que visita, en especial con el museo Louvre, la galería de Durand-Ruel, donde conoce a Renoir y la galería Bernheim, donde toma contacto con Van Gogh, Gauguin y Matisse.

Pero más allá de la impresión que le provocan estos grandes maestros, en un estudio de La Ruche (La Colmena ), es donde las relaciones se tornan reales, ya que entabla amistad con la plana mayor de la vanguardia parisina, sobre todo con poetas como Blaise Cendrars y Guillaume Apollinaire y pintores como Chaim Soutine, Fernand Léger y Robert Delaunay .

Entre 1915 y 1917 vuelve a su país natal y para ejercer como director de la Academia de Arte de Vitebsk, en San Petersburgo, y como director del Teatro Judío Estatal de Moscú, desde 1920 hasta 1922. En ambas situaciones su designación fue facilitada gracias a la consolidación de la Revolución Rusa.

Y es en Rusia donde conoce a Bella Rosenfeld, su mujer, con quien tendrían una hija, Ida, en 1916, sólo un año después de su matrimonio.

Durante estos años realiza algunos cuadros y colabora como diseñador en el vestuario y la escenografía de varias obras de teatro.

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