Paris aún no pisa tierra
Alguna vez alguien preguntó, irónicamente, quién era París Hilton. “Una mujer famosa por ser la heredera de una multimillonaria fortuna”, le contestaron; sin embargo la respuesta no fue la más asertiva; ¡la chica es mucho más que eso!
¡Famosa sí!, y ella misma es quien se ha encargado de su propia popularidad. “No soy como cualquiera. Soy como la princesa americana”, dijo entre uno de sus parafraseos para la prensa.
Si bien es cierto que inicialmente se le conoció por su prestigiosa familia y como la futura legataria de la gran cadena hotelera fundada por sus bisabuelos paternos, Conrad Hilton y Mary Barron, la joven se presentó ante el mundo como un collage de estereotipos, tejiendo su propio protagonismo, no sólo como empresaria, escritora, modelo, cantante, actriz de cine y televisión, sino participando de colosales escándalos, tanto amorosos como publicitarios.
Su nombre completo es Paris Whitney Hilton, nació en Nueva York, USA y su fecha de nacimiento aparece en dos versiones: el 25 de octubre de 1980 en su pasaporte, y, en su documento de identificación, un 17 de febrero de 1981. Es la mayor de cuatro, su hermana chica Nicky y sus hermanos Barron y Conrad. Le encanta practicar golf, sus colores favoritos son el rosa y blanco y su flor preferida es el jazmín.
Al terminar la preparatoria en Dwight School, en Nueva York, tomó la decisión de no estudiar en la universidad, para conquistar la popularidad con sus propias manos. Así, esta acuariana comenzó junto a su hermana Nicky, a diseñar una colección de pulseras para la firma japonesa Samantha Thavasa y una nueva línea de joyería, Stars & Hearts; Pero para Paris no fue suficiente convertirse en una empresaria y decidió, lejos de su apellido, probar fortuna en el mundo del espectáculo e incursionar en el modelaje.
¡Y no le quedó nada difícil convertirse en toda una celebridad!; con su espectacular físico, cabello rubio extra claro, ojos marrón, 1,75 de estatura y 56 kilos, postura esbelta y muy sexy comenzó a desfilar a sus 20 años en pasarelas de reconocidos diseñadores; posar para las revistas Vanity Fair, GQ, y FHM.
En 2001 empezó a trabajar con Catherine Malandrino y Marc Bouwer. Se convirtió en el ícono representante de la imagen comercial para los jóvenes de medio mundo y su perfil se promovió para ser escogido como protagonista de numerosas campañas publicitarias, convirtiéndose en la diosa del éxito de todos los productos promocionados. No hubo un artículo que no llevara su imagen, no tuviera conquista ni llevara consigo provocaciones escandalosas.
