The Doors (1967). Explosivo debut. The Doors presentaban en 1967, en medio del aroma hippie del verano de las flores y de la influencia del rock inglés heredero del blues, un disco inaudito en el que la guitarra de aires españoles de Robbie Krieger y los teclados carnavalescos de Ray Manzarek eran la orquestación para los versos oscuros de Jim Morrison. Éxitos: "Break on through (To the other side)", "Light my fire", "The end".

Strange days (1967).
Sin pausa. No alcanzó a pasar un año cuando los Doors ya tenían en la calle una segunda dosis igualmente adictiva de su hipnótico sonido, que renovó además su impacto con tres nuevas canciones para la posteridad. Éxitos: el rock insaciable de "Love me two times", el fraseo sinuoso e inadaptado de "People are strange" y una nueva sesión de largo aliento y rock libre en "When the music's over".

Waiting for the sun (1968).
El característico y alegórico sonido del órgano que toca Ray Manzarek es la señal de la canción "Hello, I love you", un jugueteo en el que Jim Morrison expone su carisma sexual y queda como el gran éxito del tercer LP del grupo. Dos otras marcas son la letra pacifista de "Unknown soldier" y la guitarra española con la que Krieger desmuestra cuál es su escuela en "Spanish caravan".

The soft parade (1969). Elementos como la visión chamánica de Jim Morrison, el vuelo de grandes extensiones de la canción "The soft parade" y la ambición poética del cantante hacen del cuarto disco de los Doors el menos convencional de su carrera, lanzada en este punto a una búsqueda por ampliar los márgenes del grupo de rock hacia la gran orquestación o la composición de piezas con diversas partes.

Morrison Hotel (1970). Para 1970 Jim Morrison ya está en posición de bautizar con su apellido el edificio construido por The Doors, al mismo tiempo que el grupo va más allá de lograr éxitos de audiencia: Morrison hotel es un álbum que cosecha mejores críticas que impactos de masas, y que muestra a la banda iniciada en una dirección blues insinuada en sus canciones "Roadhouse blues" y "The spy".

L.A. woman (1971).
El último disco antes de la caída. En L.A. woman los Doors se muestran definitivamente cercanos al blues y son capaces de ostentar sus dos especialidades: el despliegue rockero y la introspección oscura. Éxitos: el contraste polar entre el ritmo desenfrenado de " L.A. woman" y la pausa a ritmo de cabalgata lluviosa de "Riders on the storm", una canción pauteada por la guitarra con trémolo de Robbie Krieger.