SANTIAGO.- Era un partido importante. Universidad Católica, líder exclusivo del Campeonato Nacional, recibía en San Carlos a la Universidad de Concepción, su escolta, en un duelo que podía definir a un nuevo puntero para el torneo. Pero aquello no pasó.
Mostrando un juego superior al de su rival,
el conjunto cruzado logró imponerse por la cuenta mínima sobre el Campanil, gracias a la anotación de Andrés Vilches, y se escapó en la cima del certamen.
Y sabiendo la importancia que tenía el resultado, tanto el plantel como el cuerpo técnico del conjunto precordillerano no ocultaron su emoción tras el pitazo final.
Al momento de finalizar el encuentro, todos los que se encontraban en la banca de la UC saltaron y corrieron directo a la cancha, dando vítores y gritando por la victoria obtenida, para reunirse ahí con los jugadores que alzaban los brazos y festejaban el triunfo.
Los abrazos no cesaban y en grupo se dirigieron al sector donde se ubicaba el grueso de la hinchada universitaria, entonando cánticos al ritmo que proponía la fanaticada local.
Y no era para menos. La Católica derrotó a su más cercano perseguidor y estiró su ventaja, ya en la recta final del torneo, y la ilusión por el título es cada vez mayor.
Ahora, la próxima semana, se viene el clásico universitario ante la U. de Chile. Pero ayer era momento de festejar para los cruzados...