Durante toda la existencia del fútbol, ha sido común ver jugadores de fútbol a los cuales algún relator o compañero bautizó con un apodo con el que tuvieron que cargar durante toda su carrera e incluso vida.
Por nombrar algunos ejemplos antiguos, Alfredo Di Stéfano era conocido como "la saeta rubia" y Eusebio era"la Pantera negra". Otros más actuales como la "Pulga" Messi y el "Gato" Benzema.
El fútbol chileno no ha quedado exento a esta tendencia. A continuación, cinco futbolistas retirados y activos revelan el origen de sus inconfundibles apodos.
Cuesta mencionar a Humberto Cruz sin decir "Chita". El histórico defensa de Colo Colo y la selección chilena cargó con dicho apelativo desde que era niño, cuando tuvo su primer acercamiento con el fútbol.
"Mi apodo de 'Chita' nace en la primera escuela de fútbol el barrio Pila del Ganso en Estación Central. Ahí jugaba en el "Máximo Garay" y me tocaba jugar contra defensas muy grandotes", relata a Emol el jugador integrante de la "Roja" que conquistó el tercer lugar del Mundial de 1962.
"Yo era bajito, pero muy rápido en la marca. Los anticipaba con velocidad y desde ahí quede siempre por 'Chita', por lo rápido en las coberturas", asegura el otrora zaguero, quien reconoce que le agrada su apodo.
Roberto "Pájaro" Gutiérrez
Desde Rancagua, donde se encuentra en cuarentena con su familia, el experimentado goleador de O'Higgins cuenta cómo nació su sobrenombre.
"Lo del 'Pájaro' nace cuando llegué a Católica en los 90'. Ahí fui compañero de Leonardo Monje y Paulo Pérez. Ellos dos me bautizaron como "Pájaro Loco", por el peinado que yo tenía en ese tiempo", precisa el atacante.
"El apodo evolucionó y quedé como simplemente 'Pájaro'". Me gusta que me digan así", agrega el oriundo de Curacaví.
Rodrigo "Chamuca" Barrera
El goleador histórico de Universidad Católica con 117 anotaciones siempre fue conocido a lo largo de su carrera por "Chamuca". A diferencia de los casos de Cruz y Gutiérrez, la causa de su sobrenombre se generó por una equivocación cometida por el jugador.
"Fue en un viaje a Perú con el primer equipo. Yo tenía 15 años, como yo era de los menores, iban todos los más viejos atrás. Hasta que uno me dice: 'yapo cabro chico hazte alguna tontera, soy más fome que la c..'. Hasta que 'Arica' Hurtado me dice 'ya, cántate algo'. Y justo por la radio estaban pasando una canción de Chabuca Granda (cantautora peruana), y yo dije 'ya canto a Chamuca'. Todos se ríeron y me dijeron 'qué bruto, póngale cero'", explica.
El volante ofensivo que brilló con las camisetas de Iquique y Wanderers y que se destacó por su poder de gol relata el por qué de su sobrenombre. Su causa se debe a una "herencia" dejada por su padre.
"Es simple. Acá en Iquique le decían a mi viejo 'Caldo de Chancho', porque era pesado, como catete. Por eso a mí me pusieron "Caldillo de pescado", asegura Vega, quien se retiró en el año 2002.
¿Le gusta el apodo? "Sí me gusta. Uno de chico no sabía el por qué. Pero después creces y uno se acostumbra. Acá pocos me llaman por mi nombre, soy 'Caldillo' en todos lados. Estoy acostumbrado".
Mauricio "Bototo" Illesca
El ex delantero de Universidad de Chile y Audax Italiano, entre otros clubes, se hizo famoso como el "Bototo", apelativo que lleva desde sus inicios infantiles en el fútbol.
"Todo nace por la historieta Barrabases. Uno de los integrantes de ese equipo se llamaba "Bototo", porque le pegaba fuerte a la pelota. Surge a raíz de que yo mis inicios en el fútbol los hice en la escuela de fútbol Barrabases en el sector del estadio Ferroviarios. A todos los niños que ingresaban le daban un apodo. Dependía del rostro, características o funcionalidad. Yo en ese entonces tenía 9 años y ya era grandote y le pegaba fuerte al balón. Desde ahí que soy "Bototo" Illesca".
