Después de 14 meses, Dani Alves dejó la cárcel este lunes en medio de la expectación de la prensa y una protesta por su liberación tras ser condenado por la violación de una joven.
El futbolista brasileño fue condenado, en primera instancia, a cuatro años y medio de prisión, pero el pago de una fianza de un millón de euros le permitió la libertad.
Su salida del centro penitenciario Brians 2 de Barcelona fue rauda. No dialogó con la presa y abandonó el recinto en compañía de su abogada. ¿Y cómo fueron las primeras horas luego de dejar la cárcel?
Alves cumplirá arresto domiciliario en su mansión ubicada en Esplugues de Llobregat (municipio ubicado en la frontera con Barcelona) y que cuenta con todo lujo de detalles dentro de un exclusivo barrio. El precio de la casa es de 5 millones de euros, detallaron en España.
El brasileño mantuvo el silencio al ingresar a su hogar. Lo esperaban familiares ya al interior del domicilio.
De acuerdo a los medios locales, durante la tarde-noche la puerta solo se abrió en dos ocasiones. "Un repartidor hizo entrega de un pedido de una reconocida empresa de comida rápida y, después, otro hizo entrega de un ramo de flores con una tarjeta presuntamente dirigida a Joana Sanz (su esposa)", indicaron.
A primera hora de este martes, Alves tuvo una visita. Llegó hasta la mansión un chef muy amigo del lateral. Fue abordado por la presa, pero tampoco dio declaraciones. El resto de los movimientos han sido familiares.
Mientras esté en libertad bajo fianza, el ex jugador del Barcelona tuvo que entregar su pasaporte, debe presentarse todos los viernes a firmar, tiene que tener un teléfono siempre localizable y cuenta con prohibición de salir de España y de acercarse a la víctima.
