Se trata, por tanto, de una entidad de cierta dimensión y de relevancia en la financiación bancaria, que también participó activamente en la creación de la burbuja inmobiliaria de los años 90 y 2000, consigna diario El País.
Una de las causas que ha generado su delicada situación en los últimos meses, es el mayor peso de los activos inmobiliarios tóxicos acumulados desde el estallido de la burbuja en 2008.
Pese a que la gran mayoría de accionistas acudió a la operación, los mismos registraron fuertes pérdidas, ya que las acciones del Banco Popular cerraron 2016 con una depreciación bursátil de casi el 66%.
Una importante reducción de su valor continuó a principios de 2017, arrastrado por las dudas que generaba su futuro.
Según la agencia EFE, el futuro del banco afrontaba la separación de la gestión de su actividad principal y del negocio inmobiliario, además de con un plan de reestructuración con el que redujo la plantilla en más de 2.000 empleados y cerró unas 300 oficinas.
Sin embargo, el esfuerzo resultaba inútil, ya que el mercado siguió castigando con dureza a la entidad en la Bolsa de Madrid, que anunció unas pérdidas récord de más de 3.600 millones de euros en 2016, consecuencia del incremento de provisiones.
Su presidente, Emilio Saracho, mencionó en abril de este año la opción de una nueva ampliación de capital, aunque en los últimos días fue cobrando fuerza la posibilidad de una absorción por parte de una entidad más grande.
Con la acción en mínimos históricos (0,30 euros por papel), Popular se reunió con representantes del Banco Central Europeo para explicarles la situación de la entidad, que acusó una salida masiva de accionistas, como su socio Credit Mutuel.
Finalmente, el Banco Santander compró el 100% del Popular por un euro, una vez que el BCE constatara la inviabilidad de la entidad de manera independiente y "en aras a garantizar la seguridad de los depositantes".
Santander busca potenciar a la entidad
En un comunicado, el Santander señaló haber sido "seleccionada como entidad adjudicataria", tras una subasta realizada por el Fondo Único de Resolución y el FROB.
La entidad presidida por Ana Patricia Botín detalló también que en España, la entidad resultante será "líder en créditos y depósitos, con 17 millones de clientes".
"Tendrá una cuota de mercado en crédito del 20% y una cuota del 25% en pymes, un segmento clave para el crecimiento de la economía española", señaló.
El MRU indicó por su lado haber transferido este miércoles "todas las acciones e instrumentos de capital del Banco Popular al Banco Santander", por un euro.
Eso significa que el Popular "operará en condiciones normales de mercado en tanto que miembro solvente y con liquidez del grupo Santander, con efecto inmediato".
España sigue traumatizada por el recuerdo del rescate europeo en 2012 de su sector bancario, por un monto de más de 41.000 millones de euros.
Oficialmente, el rescate era sólo para el sector bancario, devastado por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, entre las condiciones de los europeos había muchas macroeconómicas.
En ese sentido, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, manifestó que al no emplearse fondos públicos en la operación se descarta "un eventual contagio entre riesgo soberano y bancario".
"La situación actual es muy diferente a la del año 2012, dada la buena salud del conjunto del sector financiero y de la economía española en general", que creció un 3,2% en 2015 y 2016, añadió Guindos.