SANTIAGO.- "En 2030 nuestros hijos serán más productivos y trabajarán sólo 15 horas a la semana". Esa era la afirmación que sostenía el famoso economista John Keynes en 1930 y en la que un grupo de expertos chilenos se inspiró para analizar la evolución de las horas trabajadas en el país en las últimas cinco décadas.
Así, en diciembre de 2017, los economistas de Clapes UC, Rodrigo Cerda (actual director de Presupuestos), José Ignacio Llodrá (hoy también en la Dipres), Nathaly Andrade y José Tomás Valente, publicaron un trabajo de investigación en el que se preguntaron: ¿Tiene algo de cierto la conjetura de Keynes para el caso de Chile?.
Hoy, en medio del debate en torno al proyecto de ley que busca rebajar la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales y el de la reforma laboral del Gobierno que busca mayor flexibilidad y adaptabilidad, el análisis de los economistas sirve para contrastar lo que ha sido el crecimiento del PIB, las horas trabajadas, la productividad y la evolución de las remuneraciones entre 1965 y 2017.
Evolución de las horas trabajadas en Chile: 1965-2017
Para analizar la evolución de las horas trabajadas en el país, los economistas se basaron en la Encuesta de Empleo de la Universidad de Chile (EOD) -que no distingue entre trabajos formales e informales- y utilizaron las horas promedio que cada encuestado trabajó a la semana, además de considerar el salario real para cada año entre 1965 y 2017. (Ver gráfico)
"A primera vista, se puede apreciar que la cantidad de horas no varió mucho entre 1965 y 1990. Sin embargo, desde entonces existe una fuerte tendencia a la baja en las horas trabajadas, pasando de 49,8 horas en 1991 hasta las 42,1 horas en 2017", observaron los expertos y recalcaron que, a partir de la década de los 90s, la tendencia decreciente se registra en todos los años hasta 2017. "Lo anterior, no parece ser el resultado de algún evento específico".
Por el lado de las remuneraciones, el estudio mostró que desde finales de los 80s que los salarios mostraron un crecimiento sostenido del salario real. Algo que podría haberse gatillado por dos posibles efectos, según la teoría económica.
El primero, es que un aumento en los salarios hace más tentador aumentar las horas trabajadas respecto a las horas de ocio dado que cada hora de ocio requiere renunciar a un mayor nivel de salario por hora. El segundo, es el llamado 'efecto ingreso', el cual induce a trabajar menos tiempo y a consumir más ocio debido a la percepción de mayor poder adquisitivo.
Así, según los economistas de Clapes, "a partir de 1991 los datos parecen sugerir que el 'efecto ingreso' ha dominado las decisiones laborales en Chile".
7,5 veces creció el PIB per cápita de Chile entre el año en que Keynes hizo su predicción (1930) y 2017
Nathaly Andrade, economista de Clapes UC y una de las autoras del informe, comentó a Emol que se trata de un estudio que goza de total validez en la actualidad, ya que es un análisis descriptivo para un período específico y sus resultados no han cambiado.
- Ustedes concluyen que la disminución de la jornada laboral 'no parece ser el resultado de algún evento específico'. ¿Se justifican entonces los proyectos que se están discutiendo?
"Flexibilidad laboral sí; es deseable que los trabajadores puedan elegir entre distintos formatos para cumplir con su obligación laboral (manteniendo el total de las horas trabajadas). Disminuir las horas trabajadas arbitrariamente sin ajustar los salarios (como propone el proyecto de 40 horas) lo que hace es encarecer la contratación de mano de obra en ocupaciones que requieren presencia física. Esto reducirá la creación de empleo en esas tareas", sostuvo Andrade.
"Si la economía chilena continúa una senda de crecimiento basada en ganancias sostenibles de productividad (si aumenta el salario real de los trabajadores), es esperable que continúen disminuyendo las horas trabajadas, pero es una tendencia de largo plazo; en el corto plazo muchos shocks pueden alterar esa trayectoria"
Nathaly Andrade, economista de Clapes UC
"En otras ocupaciones el aumento de costo puede verse compensado (total o parcialmente) con aumentos de productividad por menor fatiga, menor numero de accidentes, mayor concentración y menos errores humanos, etc. Pero es importante entender la causalidad de la relación entre horas trabajadas e ingreso laboral".
"Cuando los ingresos suben por mayor productividad observamos que, en promedio, los trabajadores optan por una jornada laboral más corta. Si no se produce un aumento en productividad -lo que se explica por otras variables como educación- la disminución de horas trabajadas de 45 a 40 afectará negativamente la creación de empleo", concluyó la economista.
Evolución de horas trabajadas por semana y salario real
Sin embargo, los expertos fueron más allá de la visión general de los datos y analizaron si lo observado cambiaba entre diferentes grupos de personas. Por ejemplo, se cuestionaron si las conclusiones podrían diferir dependiendo de la edad, el sexo, el sector laboral, el nivel de ingreso o el nivel educativo.
Evolución de la horas trabajadas según edad
En esta primera descomposición, los economistas consignaron tras el análisis que "hay que tener cuidado con la interpretación de que las generaciones jóvenes trabajan menos horas que las generaciones mayores".
En ese sentido, explicaron que "es cierto que actualmente las personas de los grupos de edad más jóvenes (25-44 años) trabajan en promedio menos de lo que trabajaron sus padres y jefes cuando tenían su edad, pero las personas en estos grupos de edad hoy trabajan en promedio la misma cantidad de horas que sus actuales jefes y padres (45-64 años)".
"Dentro de los cohortes de jóvenes, las horas trabajadas en promedio se han reducido durante las últimas tres décadas, pero han sido similares a las disminuciones de horas trabajadas de cohortes de mayor edad. Esto sugiere que trabajar menos horas es una tendencia que ha afectado a todos los grupos de edad por igual y no solamente a los más jóvenes"
Andrade, Cerda, Llodrá y Valente, diciembre de 2017
Evolución de las horas trabajadas según sexo
Las horas trabajadas por hombres y mujeres presentan tendencias decrecientes similares. Si bien desde 1965 hasta 1987 las horas trabajadas por las mujeres era mayor a la de los hombres, a partir de 1988 los patrones cambian y las horas trabajadas por los hombres supera a las horas trabajadas por las mujeres, pasando de 50 horas semanales para los hombres y 48,95 para las mujeres en 1988 a 44,38 horas y 40,76 horas semanales para hombres y mujeres, respectivamente, en el 2017.
Un dato en el que los expertos decidieron hacer hincapié fue el hecho de que la tendencia a la baja de las horas trabajadas por las mujeres se contrapone al de la participación laboral de dicho género, la cual va al alza. Así, en las últimas cinco décadas la participación laboral femenina en Chile ha aumentado de 34% a 52% y sus horas trabajadas promedio ha caído de 51 a 40 por semana.
Evolución de las horas trabajadas por ingreso y educación
Se observó que las horas trabajadas por hombres y mujeres de ingresos más bajos presentan una marcada tendencia a la baja desde inicios de los años 90. Sin embargo, las horas trabajadas de hombres y mujeres de ingresos más altos se han mantenido relativamente estables.
"Tanto hombres como mujeres del primer decil de ingresos (los de menos recursos) en promedio trabajan más horas que los hombres y mujeres del decil 10 (los más adinerados), lo que sugiere que mayores ingresos inducen a trabajar menos tiempo y dedicarse a otro tipo de actividades"
Andrade, Cerda, Llodrá y Valente, diciembre de 2017
Respecto a la descomposición de los datos en cuanto al nivel educacional de los trabajadores, se concluyó que son los trabajadores con menor nivel de educación los que han experimentado la mayor reducción de las horas de trabajo, pasando de 52 horas promedio de trabajo a la semana en 1965 a 36 horas promedio en 2017.
Evolución de las horas trabajadas por sector de ocupación
Por último, los economistas analizaron los diversos sectores de ocupación, donde destacó que desde los años 90, las áreas de comercio, gobierno, servicios financieros, servicios personales y servicios de hogares han acentuado la disminución en sus horas trabajadas por semana.
Por otro lado, se analizó el caso particular de las personas que se dedican al sector minero y se observó que en dicha área, las horas promedio de trabajo han aumentado de 48 horas a la semana en 1965 a 53 horas en 2017. "Esta tendencia, en particular en 2004 en que las horas trabajadas promedio en este sector da un salto, se explica por el fenómeno del boom del cobre", explicaron los analistas.
Tras el estudio, los cuatro economistas concluyeron que dentro de los factores que han influido en la disminución de las horas de trabajo "son la mayor tasa de participación laboral, liderada por la participación laboral femenina, el aumento de la productividad y las reformas laborales que disminuyeron la jornada semanal de trabajo".