Los principales productores de petróleo del mundo llegaron a un acuerdo histórico para reducir la producción mundial en casi una décima parte, poniendo fin a la devastadora guerra de precios que ha doblegado la industria energética.
Después de una maratón de llamadas bilaterales y videoconferencias de ministros de la alianza OPEP+ y el Grupo de los 20, finalmente se llegó a un acuerdo para abordar el impacto de la pandemia en la demanda de petróleo.
Los precios subieron alrededor del 1% a unos US$32 por barril en Londres después de oscilar abruptamente en los primeros minutos de negociación tras conocerse el acuerdo. La atención ahora se centra en si el recorte será suficiente para reducir el excedente masivo que sigue aumentando a medida que el virus paraliza la economía mundial.
Las conversaciones casi habían fracasado a finales de la semana pasada, ante la resistencia de México, pero volvieron a encauzarse tras un fin de semana de diplomacia urgente. El presidente Donald Trump intervino, facilitando el acuerdo final.
"Medidas sin precedentes para tiempos sin precedentes", dijo Ed Morse, veterano experto de petróleo y responsable de análisis de materias primas en Citigroup Inc. "Estados Unidos desempeñó un papel fundamental en la intermediación entre Arabia Saudita y Rusia para el nuevo acuerdo de la OPEP+, lo que no tiene precedentes en las negociaciones históricas sobre los recortes de producción".
La OPEP+ recortará 9,7 millones de barriles al día, justo por debajo de la propuesta inicial de 10 millones.
"Hemos demostrado que la OPEP+ está activa y viva", sostuvo el ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salman, a Bloomberg News en una entrevista minutos después de que se llegara al acuerdo. "Estoy más que feliz con el acuerdo".
El pacto pone fin a un mes tumultuoso cuando el crudo Brent, el referente mundial, cayó a su nivel más bajo en casi veinte años, hasta los US$20 por barril. A principios de este año, cotizaba por encima de US$70 el barril. Los ministros de la OPEP+ se apresuraron a mantener una videoconferencia el domingo de Pascua, menos de cuatro horas antes de la reapertura del mercado petrolero, para cerrar el acuerdo.
Los futuros del Brent subieron un 8% en los primeros segundos de cotización el lunes en Asia antes de caer más del 1% en un rápido giro. A las 8:13 am en Londres, el precio subía un 0,8% nuevamente a US$31,72 por barril.
Con el cese de los viajes aéreos y terrestres por el virus, la demanda de gasolina, combustible para aviones y diésel se está derrumbando. Ello puso en peligro el futuro de la industria del esquisto de EE.UU. y la estabilidad de los estados dependientes del petróleo; también redujo el flujo de petrodólares a través de una economía mundial en crisis.
Estados Unidos, Brasil y Canadá contribuirán con otros 3,7 millones de barriles en papel a medida que disminuya su producción y otros estados del G20 contribuirán con 1,3 millones. No obstante, las cifras del G20 no representan recortes voluntarios reales, sino el impacto que la caída de los precios ya ha tenido en la producción y se tardaría meses, quizás más de un año, para que entren en vigor.
"La OPEP+ comenzó el incendio, y era su responsabilidad apagarlo", dijo Jason Kenney, primer ministro de Alberta, la mayor provincia productora de petróleo de Canadá, por Twitter. “Muchos meses difíciles por delante con una demanda muy baja y grandes inventarios, pero al menos ahora hay un camino hacia la recuperación”.
México logró una victoria diplomática, ya que solo recortará 100.000 barriles, menos que su participación proporcional, tras bloquear el acuerdo desde que el plan se reveló por primera vez el jueves. Ahora su futuro dentro de la OPEP+ es incierto y se espera que decida en los próximos dos meses si abandonará la alianza, dijeron los delegados.
El mayor ganador parece ser Trump, quien se negó a reducir activamente la producción petrolera estadounidense y negoció personalmente el acuerdo en varias llamadas telefónicas con el Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, el Mandatario ruso, Vladimir Putin, y el rey Salman, de Arabia Saudita.
"Quizás lo más destacable de que Arabia Saudita y Rusia accedieran a uno de los mayores recortes de suministros es que la persona que los reunió y presionó para mayores recortes fue el crítico más acérrimo de la OPEP, el presidente Trump", indicó Jason Bordoff, que ocupó un cargo de la Casa Blanca durante la Administración de Obama y ahora es académico en la Universidad de Columbia.
Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en apoyar precios del petróleo más altos en más de 30 años, y cambió su oposición personal al cartel.