La Comisión Nacional de Productividad (CNP) presentó hoy su informe anual y señaló que, de acuerdo con su metodología, la Productividad Total de los Factores (PTF) en el país cayó 0,7%, y sin minería el dato fue de -0,1%.
El informe fue presentado, vía video conferencia, por el presidente de la CNP, Raphael Bergoeing, y la consejera de la entidad, a cargo de la confección del estudio, Verónica Mies, quien enfatizó que esta vez los datos y ajustes para medir la productividad están sujetos a mayores márgenes de error, dado el contexto de pandemia.
De todas formas, el dato de 2020, pese al golpe del coronavirus, muestra una caída menor a la de 2019, cuyo cuarto trimestre estuvo marcado por el inicio del estallido social. Ese año, según la CNP, la productividad agregada descendió 1,1%, y sin minería el indicador cayó 1,7%.
"Creo que la diferencia entre la caída de 2020 y 2019 no es suficientemente grande como para plantear que son números muy distintos, pero igual tú podrías hacer la pregunta: ¿por qué no cayó mucho más? Porque, muy probablemente, estoy especulando, tenemos que hacer un estudio en dos o tres años más para ver la realidad de lo que fue pasando, pero especulo que esta crisis en particular por sus severas condiciones en lo sanitario obligó a asumir ciertas tecnologías que han permitido que a pesar del confinamiento estricto en que hemos estado sometidos, fuimos capaces en algunos sectores de que la caída de la actividad no fuera tan grande como pudo haber sido hace 20 años atrás", aseguró Bergoeing
En esa línea, añadió que "uno puede especular que la adopción rápida de tecnologías ha podido mitigar al menos el efecto, ha hecho que la caída en la actividad sea más profunda que la caída en productividad".
Por su parte, Mies comentó que "creo que hay que ser muy cuidadosos en comparar cifras puntuales. Si uno compara las cifras que publicamos en 2019 con respecto a 2020, esta cifra ya cayó en un punto porcentual, es decir, todavía hay un proceso de revisión simplemente de cifras, que va a hacer lo más probable que esta cifra de 2020, dado el gran margen de error que existe y la gran incertidumbre, también cambie en el futuro. Estas cifras tienen mucho grado de incertidumbre, por lo tanto, esta comparación puntual puede ser peligrosa. Esto hay que mirar en el mediano plazo".
"Efectivamente el impacto social tuvo un impacto directo en 2019, pero eso sigue presente, y de hecho fue un insumo presente en la crisis de la pandemia y siguió reforzando los efectos que ahí se estaban produciendo dentro de la economía. Y el aprender a usar la tecnología y el teletrabajo, también viene desde el conflicto social. Habíamos aprendido cómo hacer las cosas el último trimestre de 2019, lo que nos ayudó a hacer el cambio más rápido cuando la economía llegó a las cuarentenas", apuntó.
Dicho eso, Mies recalcó que durante 2020 no se ha revertido la desaceleración de la tasa de la productividad, observada desde mediados de la década pasada. “Llevamos muchos años con baja productividad y no se ve que esto vaya cambiando en el tiempo”, por ende calificó de “urgente” concretar reformas para incrementar la productividad en la economía.
Si bien, con la metodología de la CNP, se observa una caída agregada de la productividad de 0,7%, de 0,1% sin minería, esto contrasta con la estimación realizada por la Dirección de Presupuesto (Dipres) que apunta incrementos de 1,3% y 2,2% (con y sin minería, respectivamente). Al respecto, el organismo explicó “que las diferencias en los resultados se manifiestan por las distintas formas de capturar el ajuste efectivo del capital y del trabajo durante este año, producto de la mayor dificultad para medir correctamente estas variables”.
"Especulo que esta crisis en particular por sus severas condiciones en lo sanitario obligó a asumir ciertas tecnologías que han permitido que a pesar del confinamiento estricto en que hemos estado sometidos, fuimos capaces en algunos sectores de que la caída de la actividad no fuera tan grande como pudo haber sido hace 20 años atrás".
Raphael Bergoing
Así, el informe agrega que la estimación podrá ser revisada una vez que, durante 2021, la información base sobre empleo y actividad sea corregida.
Según expuso Bergoeing, “cualquier lección respecto de la productividad se obtendrá una vez resuelta la pandemia, y a medida que se observen los cambios productivos de largo plazo. Por ejemplo, y particularmente para el trabajo, la aceleración en la adopción de nuevas tecnologías, asociadas con el teletrabajo y la inteligencia artificial y robótica, deberían generar oportunidades para mejorar la productividad , aunque también representan un desafío para la capacitación laboral, de modo que el trabajo se complemente y beneficie con las nuevas tecnologías”.
Actividad empresarial, ventas y empleo
El informe también incluyó el impacto de la pandemia en la actividad empresarial, ventas y empleo. En esa línea, Rodrigo Kell, secretario ejecutivo de la CNP, expuso que "la pandemia implicó una caída en las ventas de alrededor de 18%, comparando con el mes de marzo -cuando llegó el covid-19 a Chile-. Entre marzo y junio de 2020, las ventas de las pymes cayeron un 25%, mientras que en las grandes disminuyeron un 16%".
La segunda dimensión de análisis es la evolución de las ventas por rama de actividad económica. Se observó que los sectores más perjudicados fueron aquellos más afectados por las restricciones sanitarias para operar: Artes y Entretenimiento, Hoteles y Restaurantes, y Construcción. Los tres sectores registran caídas de 69%, 46% y 39%, respectivamente. En contraste, sectores como la Minería, Información y Comunicaciones, Electricidad y Gas y Salud, son los que mantuvieron sus ventas relativamente estables, con una caída máxima de 2% entre marzo y junio de 2020.
"La pandemia implicó una caída en las ventas de alrededor de 18%, comparando con el mes de marzo -cuando llegó el covid-19 a Chile-. Entre marzo y junio de 2020, las ventas de las pymes cayeron un 25%, mientras que en las grandes disminuyeron un 16%".
Rodrigo Kell
Por otra parte, de acuerdo con el informe, el descenso en la cantidad total de empresas activas es principalmente atribuible a las empresas de menor tamaño. Durante 2020, paralizaron 15 mil empresas pequeñas y mil empresas medianas.
Respecto del empleo, se determinó que la demanda de trabajo, medida a través de la cantidad de avisos y de vacantes, si bien cayó durante el estallido social que se produjo en octubre de 2019 (-17,6% y -24,6%, respectivamente), se redujo aún más tras la llegada de la pandemia (-41% y -44,9%, respectivamente). Adicionalmente, cayó el porcentaje de empleos ofrecidos por jornada completa y se elevaron los requerimientos de experiencia y nivel educacional.
Por el lado de los postulantes (oferentes de trabajo), las distintas medidas de búsqueda de trabajo cayeron significativamente durante el estallido social (octubre 2019) y nuevamente tras iniciarse la pandemia, a pesar del mayor desempleo. Esta caída fue especialmente intensa entre jóvenes, mayores de 55 años, mujeres, y trabajadores que buscan cambiar de empleo.
Las hipótesis detrás de este resultado incluyen: dificultades generadas por el riesgo de contraer COVID-19, medidas de confinamiento, movilidad reducida, necesidad de cuidar hijos, y reducidas expectativas de encontrar un empleo en un escenario de escasa demanda laboral y aumento de los requisitos.
Por su parte, indicó la comisión, el empleo formal cayó notoriamente desde el inicio de la pandemia en marzo. A agosto de 2020 se registraba una caída de 23%.