Hace doce meses exactos que Rusia comenzó su invasión a Ucrania. Desde entonces, Occidente desplegó una serie de sanciones que tenían por objeto provocar un rápido colapso económico que pusiera en aprietos al Kremlin, sin embargo, hasta ahora la nación que dirige Vladimir Putin ha logrado evitar el peor escenario y sus finanzas han mostrado una sorprendente resiliencia.
"La economía rusa y el sistema de gestión resultaron ser mucho más fuertes de lo que suponían en Occidente" dijo esta semana Putin. "Occidente desplegó contra nosotros no solo el frente militar e informativo, sino que también el económico. Pero no logró ni logrará nada", añadió.
Si en febrero del año pasado, con la implementación de las primeras sanciones, se proyectaba que la economía rusa se podía contraer entre 10% y 20%, finalmente la agencia Rosstat reportó esta semana una caída del PIB de -2,1% en 2022, una recesión mucho más acotada.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), en tanto, también ha revisó al alza sus estimaciones para 2023, en las que Rusia podría volver a crecer un 0,3%.
Tras el inicio de la ofensiva, el Banco Central de Rusia subió las tasas de interés y logró fortalecer al rublo, que luego de una fuerte depreciación inicial, se recuperó y hoy cotiza más que antes de la guerra. El 28 de febrero pasado, la entidad anunció un alza de tasas desde 9,5% a 20% para frenar el consumo e incentivar el ahorro, además de imponer fuertes controles de capitales para evitar la fuga de inversiones.
Esta combinación de políticas económicas, junto a la bonanza hidrocarburífera, permitieron estabilizar a la divisa y triplicar la balanza por cuenta corriente del país.
Un rublo más fuerte logró abaratar las importaciones, y la abundancia de fuentes de energía evitó las presiones inflacionarias que se podrían haber dado en el mercado de la energía en Europa Occidental. Consecuentemente, la inflación bajó del 18% al 15% entre abril y julio, y el desempleo se mantiene en mínimos desde la invasión.
La explicación de esta aparente resistencia de la economía rusa reside, también, en la subida de los precios de los hidrocarburos en 2022, que compensa la caída del volumen de las exportaciones -una caída de alrededor del 25% en el caso del gas-.
A este respecto, el economista ruso Sergei Guriev, académico de Sciences Po y exrector de la New Economic School de Moscú, comentó a El Mercurio que "se creía que el PIB ruso caería 10% o incluso 20%, con un consenso de entre 8% y 10%, basado principalmente en que las sanciones sin precedentes contra el Banco Central de Rusia provocaron en marzo y abril un pánico macroeconómico.Pero este pánico fue frenado por las acciones competentes de los responsables de la política rusa".
No obstante, Guriev dijo que "el crecimiento del PIB no es necesariamente una buena medida para medir la actividad económica en una guerra. La razón es que Rusia está produciendo municiones y armas 24/7, y eso también suma al PIB".
"Por supuesto, eso no contribuye al estándar de vida, la productividad es solo por el volumen de fabricación de municiones y la compra de armas del Gobierno para matar ucranauanos y destruir infraestructura en Ucrania pero no es algo bueno para el desarrollo de sus ciudadanos", añadió.
Roger Kelly, experto en Rusia del European Bank of Reconstruction and Development, en tanto, dijo al mismo medio que "el Gobierno todavía puede permitirse el lujo de mantener el gasto militar durante algún tiempo, pero es probable que lo haga cada vez más a costa del gasto no militar y la inversión pública".
Aunque evita un colapso, la economía de Rusia seguirá bajo presión y todavía podría encogerse un 8% para 2026 frente a lo que hubiera sido si Putin no hubiera ordenado el ataque a Ucrania en febrero de 2022, según prevé Bloomberg Economics.
"La disminución de las importaciones de tecnología reduce el potencial de crecimiento de la economía a largo plazo, en lugar de conducir a una caída única que se materializa en un solo año", comentó a Bloomberg Natalia Lavrova, economista jefe de BCS Financial Group.
"Efecto significativo"
La Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, declaró recientemente que las sanciones impuestas a Rusia tras su invasión de Ucrania están teniendo un "efecto negativo muy significativo" en la economía rusa.
En ese sentido, indicó que la limitación del precio del petróleo ruso ha reducido significativamente los ingresos de Rusia. Las sanciones de Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados han afectado a muchos sectores económicos, como la industria, la banca y el sector petrolero.
Asimismo, Yellen subrayó que Putin "pensaba que estaba ganando a un coste mínimo"m pero que la guerra en Ucrania se considera ahora un fracaso estratégico para el Kremlin.
Yellen también señaló que las sanciones han limitado la capacidad de Rusia para reabastecerse de munición y reparar los numerosos tanques destruidos durante la guerra en Ucrania, y que los controles a la exportación también obstaculizaban la capacidad de Rusia para adquirir los equipos necesarios.