La minera canadiense Aclara sufrió un duro revés el año pasado, cuando el Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) del Biobío terminó de forma anticipada la tramitación ambiental de su millonario proyecto Módulo Penco Tierras Raras, tras una solicitud hecha por la Corporación Nacional Forestal (Conaf).
A raíz de aquello, la compañía, que ha enfrentado un complejo camino desde que presentó el proyecto el año pasado, reformuló la iniciativa y la dividió en dos etapas. Así, la primera tendrá como foco el ingreso de un primer Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en marzo. El rediseño del proyecto tiene como objetivo disminuir los efectos asociados al bosque nativo.
Módulo Penco aspira a convertirse en el primer yacimiento chileno de tierras raras. Con estas se hace referencia a minerales y metales difíciles de encontrar en concentraciones suficientes como para que la extracción sea económicamente viable. Por eso tienen un valor relativo alto y pueden generar elevados ingresos, dado que son considerados clave para el desarrollo de tecnologías.
Emol conversó con Nelson Donoso, gerente general de la compañía, quien se mostró crítico en torno al proceso que Aclara ha debido enfrentar durante el último tiempo. Aunque, recalcó, se sienten optimistas en relación a lo que viene. El proyecto, indica también, traerá múltiples beneficios a la región.
¿Cuáles son las principales trabas que han tenido para sacar adelante el proyecto?
Primero tenemos que ponernos de acuerdo en Chile acerca de si queremos crecimiento económico o no. Yo creo que la principal barrera que Chile tiene hoy día, y de la que le tocó vivir a Aclara, tiene que ver con la permisología ambiental. El proceso de aprobación ambiental, estamos de acuerdo en que tiene que ser modificado y que esto que está impulsando el ministro de Economía y el ministerio de Medioambiente es fundamental para Chile. Necesitamos acortar los plazos de aprobación en esta área.
La primera parte es lograr la aprobación ambiental y Chile se está tomando más tiempo de la cuenta en ese proceso. Nosotros hemos sido, en promedio, muy parecidos a cualquier otro. Esto no es una responsabilidad exclusiva del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental y sus tiempos, también hay un aprendizaje como desarrollador, de presentar un proyecto que sea consolidado, sólido, robusto, que venga dialogado con la autoridad local y la comunidad.
¿Cuánto han gastado hasta ahora en la iniciativa?
Aclara ya ha invertido más de US$120 millones en el proyecto de tierras raras en Penco. De ese total, se han destinado US$60 millones a ingeniería y desarrollo.
¿Cuando piensan ustedes que van a comenzar a operar, considerando cómo se ha visto el proceso hasta ahora?
Vamos a reingresar (el EIA) ahora en marzo. Tenemos una mirada optimista desde el punto de vista de las modificaciones que se van a hacer a la ley de base de medioambiente y a los permisos sectoriales.
El producto que nosotros vamos a producir, que es el carbonato de las tierras raras está siendo altamente demandado por los mercados. Nuestro propósito es estar produciéndolo en el año 2027. Es un desafío desde el punto de vista del promedio de los permisos ambientales muy potente, pero si no pensamos de esa forma no entramos.
¿Han sentido que ha habido presión de la comunidad para no avanzar?
Desde la comunidad las formas de expresarse son legítimas. Uno tiene que adaptarse a eso. Nosotros somos suficientemente resilientes, tenemos la capacidad para dialogar con ellos. El proyecto tiene la obligación de demostrar que efectivamente es bueno. No veo que sea un complot de la comunidad por no querer hacer, tiene que ver con como las empresas nos plantamos frente a las comunidades para impulsar los proyectos.
¿Qué beneficios va a ver la comunidad una vez que el proyecto comience a operar?
Cuando tú generas un proyecto de este tipo, vamos a estar generando del orden de 400 empleos directos. Esos son comparables con la fuente de empleos más grande que la comuna tiene. Por otro lado, se generan alrededor de esos empleos directos, en total, 2.200 empleos directos e indirectos. Un proyecto como este mueve la aguja de la economía de la comuna, de la economía regional.
Ante la eventualidad de que se les vuelva a hacer difícil avanzar, ¿Qué decisión tomarían?
Para trabajar en una compañía como Aclara necesitas tener un espíritu positivo, un ADN de resiliencia. Esramos convencidos de que aquí depende de nosotros. Lo que estamos esperando es que esto sea un proceso de revisión estrictamente técnico, para lo cual estamos generando los mejores informes de ingeniería en términos de todas las especialidades.
Desde el punto de vista de las alternativas de la compañía, es conocido que nosotros tenemos recursos en Brasil. Estamos impulsando en paralelo el desafío de un megaproyecto del mismo tipo en Brasil. De una u otra manera los inversionistas tendrán que decidir en qué proyecto avanzan primero o no. Por ahora Chile tiene esa prioridad y es mi responsabilidad defenderla.