El proceso de desvinculación laboral, conocido como "offboarding", se refiere al momento en que se finaliza la relación entre un trabajador y una empresa, ya sea por renuncia voluntaria o despido. En ocasiones subestimado, el procedimiento genera un impacto tanto en los colaboradores que dejan la organización, como en quienes permanecen en ella.
Un ambiente laboral negativo, impacto en la reputación de la empresa y hasta posibles demandas legales asoman como consecuencias de un proceso mal realizado, además de las secuelas propias que quedan en el colaborador afectado.
Así lo explica Javiera Moreno, cofundadora de Umano, plataforma que apoya el bienestar integral de los colaboradores, y quien sostiene que los exempleados insatisfechos con la forma de su salida “pueden compartir sus experiencias negativas, dañando la imagen de la organización y afectando la atracción de nuevos talentos”.
“Además, puede perjudicar la moral de los otros miembros del equipo, creando un ambiente de trabajo negativo, aumentando el estrés interno. Si los colaboradores ven que sus colegas no son tratados con respeto durante la desvinculación, pueden sentirse inseguros y desmotivados, lo que afectará su productividad y compromiso con la empresa”, añadió.
Gonzalo Romero, abogado experto en materias civiles y laborales, socio de Sotomayor & Romero Abogados, concuerda con esta visión y afirma que si el proceso no es llevado de una manera adecuada, “puede impactar desde el ámbito reputacional de la empresa, generando incluso un sentimiento de rechazo hacia la compañía entre los trabajadores que permanecen en ella”.
Agrega que un manejo inadecuado de la desvinculación también puede resultar en publicaciones negativas en redes sociales o medios de comunicación, “afectando la imagen pública de la empresa (reputación), que en algunas oportunidades puede resultar más perjudicial que una acción legal (…) Por último, los costos financieros no solo incluyen las posibles multas y compensaciones legales, sino también los gastos adicionales por rehacer procesos y reparar relaciones”.
Asegurar una transición suave y respetuosa para los trabajadores que dejan la empresa
Tomando en cuenta los impactos negativos que puede generar tanto en la empresa como trabajadores que salen de ella, los expertos indican que es importante asegurar una transición suave y respetuosa durante este proceso.
"Si los colaboradores ven que sus colegas no son tratados con respeto durante la desvinculación, pueden sentirse inseguros y desmotivado"
Javiera Moreno
En ese sentido, Agustina Bellido, líder de Carrera de Mercer Chile, destaca que las claves son tener “conversaciones directas, cortas y al punto. Nuevamente poniendo el centro en el que sale y no en la empresa”.
Javiera Moreno, en tanto, dice que las empresas deben establecer un proceso claro y bien definido. En este punto es fundamental capacitar y formar a los líderes o responsables, “proporcionándoles herramientas específicas sobre cómo manejar los despidos y de comunicación efectiva. Esto les permitirá llevar a cabo el proceso de manera respetuosa y alineada con los valores de la empresa, además de reducir los niveles de estrés asociados a estas situaciones que nunca son fáciles y afectan emocionalmente el clima interno. Finalmente, siempre es bueno hacer uso o incentivar el apoyo psicológico que puede ofrecer la empresa para acompañar estos procesos”.
Gonzalo Romero también pone el foco en la persona que sale de la empresa y explica que es fundamental proveer apoyo profesional, “como servicios de asesoramiento o coaching de carrera. Los programas de outplacement son especialmente útiles, ya que proporcionan a los trabajadores herramientas y recursos para encontrar nuevas oportunidades laborales”.
“Reconocer y agradecer las contribuciones del trabajador a la organización puede ayudar a un mejor proceso y reducir el impacto”, agrega.
Los pasos esenciales para un proceso de desvinculación estructurado
Tal como detallan los expertos, un offboarding bien estructurado no solo facilita la transición para el empleado que se va, sino que también protege los intereses de la empresa y mejora la moral del equipo restante.
Así, Gonzalo Romero comenta que “se debe entregar una carta de despido personalmente al trabajador o por carta certificada. Señalar la causal legal que se invoca y los hechos en que se funda el despido, como también indicar las indemnizaciones que se pagarán si correspondiere. Informar el estado de pago en que se encuentran las cotizaciones previsionales hasta el último día del mes anterior al despido, adjuntando los comprobantes que acrediten tal pago respecto de todo el período trabajado”.
Además, “es fundamental asegurarse de que la desvinculación sea justificada y necesaria. Luego, es crucial cumplir con todas las normativas legales establecidas en el Código del Trabajo, específicamente en los artículos 159 y siguientes que detallan las causales de despido y los procedimientos a seguir”.
Más allá de lo legal, también apuntan a la estabilidad emocional de la persona que sale de la empresa. “Lo primero tiene que ver con la comunicación, hay que informar al trabajador sobre la desvinculación de manera directa y comprensiva, explicando los motivos y los próximos pasos”, argumenta Javiera Moreno.
“Si la empresa cuenta con un programa de asistencia al colaborador, se considera como una muy buena práctica ofrecer apoyo psicológico o de outplacement. Otro punto relevante es informar apropiada y oportunamente al equipo sobre la salida o renuncia de su compañero de trabajo. De esta forma, se evitan rumores o malos entendidos dentro de la empresa. Si la salida es voluntaria, es recomendable realizar una entrevista de salida para obtener retroalimentación y entender las razones detrás de la decisión, lo que brinda una oportunidad de mejora para la empresa”, finaliza la experta.
