La jubilación, tradicionalmente vista como el cierre de una vida laboral y el comienzo de una etapa de descanso, está adquiriendo un nuevo significado en Chile. Lejos de ser una etapa de inactividad, cada vez más personas eligen seguir trabajando, ya sea por motivos financieros, el deseo de mantenerse activos, o la necesidad de encontrar un nuevo propósito.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2022 las personas mayores de 60 años representaban el 18,1% de la población total, y se estima que esta cifra alcanzará el 32,1% para el año 2050. Este fenómeno es especialmente relevante en un país como Chile donde las pensiones, en general, no son altas y no permiten garantizan un buen pasar a las personas, algo preocupante si se considera que el envejecimiento de la población es una realidad cada vez más notoria.
Según Diego Messen, abogado de la firma Moraga & Cía, “la jubilación no implica una pérdida de la posibilidad de seguir trabajando, incluso, en el mismo trabajo que tenía antes de hacerlo si es que se trata de una empresa privada. La limitación de no poder seguir prestando servicios remunerados, sólo se enmarca en el ámbito público o municipal. Por su parte, también podrá seguir realizando trabajos independientes sin limitación alguna”.
Por su parte, Santiago Edelberg, gerente senior regional de Marca Empleadora de EY, indica que las personas jubiladas pueden encontrar roles que se adapten a su nueva realidad, como trabajos a tiempo parcial o consultorías. "Las personas jubiladas a menudo optan por la consultoría o el trabajo a tiempo parcial para seguir utilizando su experiencia mientras disfrutan de flexibilidad", comenta Edelberg. Este enfoque les permite seguir activos en el mercado laboral y, al mismo tiempo, mantener un equilibrio entre el trabajo y el tiempo personal.
El valor de la experiencia
La transición hacia la jubilación no necesariamente implica un cambio drástico en el tipo de trabajo que se realiza. En muchos casos, los jubilados optan por roles flexibles como consultores o asesores, donde pueden seguir utilizando su vasta experiencia sin las exigencias de un empleo a tiempo completo. “Dependiendo del rubro en el que se desempeñen, muchas personas que dejan un trabajo formal podrían dedicarse a asesorías o prestar servicios donde la transmisión de una experiencia de largos años sea valorada”, explica Messen.
Por otro lado, el emprendimiento también es una opción atractiva para quienes desean seguir siendo económicamente activos, especialmente en sectores que combinan habilidades y pasiones personales. “Ser emprendedor es otra vía común, permitiendo a los jubilados convertir intereses personales en negocios propios”, añade Edelberg. Esta flexibilidad les permite mantenerse económicamente activos y también continuar desarrollándose personalmente.
María Jesús García-Huidobro, Gerenta de desarrollo y negocios de Trabajando.com, señala que "abrir un negocio propio u ofrecer servicios como freelance puede ser una buena alternativa". Este tipo de iniciativas permiten a los jubilados mantener el control sobre su tiempo y actividades, mientras generan ingresos adicionales o simplemente disfrutan del proceso de construir algo nuevo.
Los desafíos del empleo post-jubilación
Para muchas personas, la posibilidad de reinsertarse en el mercado laboral es limitada, lo que les obliga a seguir prestando servicios en sus antiguas empresas o buscar alternativas como el trabajo independiente.
Este desafío está especialmente presente en el sector público, donde existen más limitaciones para aquellos que se han jubilado. A diferencia del ámbito privado, donde no hay restricciones para seguir trabajando, el sector público tiene barreras que impiden que los jubilados continúen ofreciendo servicios remunerados. “En el mundo privado, no hay ningún inconveniente para hacerlo. En el sector público, las personas que se jubilan tienen más limitaciones, por lo que no podría existir una promoción en dicho sentido”, aclara Messen.
García-Huidobro explica que muchos jubilados buscan mantenerse activos para evitar la soledad y el aislamiento, además de los motivos económicos, "trabajar permite que las personas mayores mantengan relaciones interpersonales en su día a día", dijo la vocera de Trabajando.com.
La importancia del apoyo institucional
La creación de políticas inclusivas y programas de capacitación podría ser clave para que más personas mayores encuentren oportunidades laborales después de la jubilación. Tanto en el ámbito público como privado, promover el empleo de personas mayores, podría no solo beneficiar a los trabajadores, sino también a las empresas que buscan aprovechar la experiencia y el conocimiento acumulado de esta fuerza laboral. “Las organizaciones pueden implementar programas de trabajo flexibles, ofrecer capacitaciones para actualizar habilidades y fomentar una cultura que celebre la diversidad generacional”, recomienda Edelberg.
Fernando Fernández Alfaro, impulsor de la iniciativa Sello 50+ -empresa que se dedica a promover la vida después de los 50 años-, también cree que las políticas inclusivas son esenciales. “El sector privado y público pueden promover el empleo para personas mayores ofreciendo más incentivos fiscales a las empresas, implementando programas de capacitación para actualizar habilidades, realizando campañas de sensibilización sobre la experiencia de los trabajadores mayores”, comenta.
“Es importante que las organizaciones tengan políticas de intergeneracionalidad y trabajen sus sesgos, ya que se cree comúnmente que las personas mayores no van a aprender o ser productivas, cuando eso no es así”, aclara García-Huidobro. Los trabajadores mayores tienen características valoradas en el mercado laboral, como la capacidad de liderazgo, la experiencia en resolución de conflictos y una mayor estabilidad.
García-Huidobro agregó que “en Trabajando.com contamos con una plataforma para personas mayores de 50 años, donde mostramos a las empresas que tienen políticas de intergeneracionalidad y valoran el talento de las personas mayores, publicamos sus ofertas de trabajo, además de aconsejar a los candidatos en su búsqueda de empleo”.
Por su parte, Messen dice que además de los beneficios económicos, mantenerse activo laboralmente después de jubilarse puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional de los jubilados. El abogado asegura que “el hecho de sentirse útil conlleva una estabilidad emocional para soportar la vejez de mejor forma”. A esto se suma el hecho de que seguir trabajando ofrece una estructura diaria y la oportunidad de socializar con compañeros, lo que ayuda a reducir el aislamiento y la soledad, problemas comunes entre los jubilados.
Edelberg coincide con esta visión, y concluyó señalando que “en el plano personal, continuar trabajando puede aportar un sentido de propósito y pertenencia, además de ayudar a mantener la agilidad mental y las habilidades sociales”.
