La incorporación de la inteligencia artificial (IA) en las operaciones empresariales ha dejado de ser una opción exclusiva para las grandes corporaciones. Las pequeñas y medianas empresas (pymes), conscientes de la competitividad en el mercado, están comenzando a explorar cómo esta tecnología puede mejorar su productividad y eficiencia. Sin embargo, la implementación de IA no solo trae consigo promesas de automatización y análisis avanzado, sino también desafíos éticos, operativos y de inversión que deben ser cuidadosamente evaluados.
Estudios como el realizado por el Instituto de Data Science de la Universidad del Desarrollo en colaboración con la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (AmCham Chile) destacan que el número de empresas "insiders" —aquellas que han progresado significativamente en la implementación de IA en productos, procesos y servicios— creció un 42% entre 2019 y 2022.
Por otro lado, la encuesta "Adopción Digital Pymes Chile", realizada por Movistar, indica que el 98% de los emprendimientos en el país se planteó invertir en su digitalización en 2024. Las tecnologías que buscan implementar incluyen la inteligencia artificial (58%), el Internet de las Cosas (IoT) (54%) y el Big Data y Analítica (53%).
Aunque la adopción de inteligencia artificial en Chile muestra un avance positivo, antes de adoptar cualquier solución de IA, es esencial que las pymes comprendan que no todas las herramientas tecnológicas están diseñadas para cubrir las necesidades particulares de este tipo de empresas. De ahí que "las pequeñas y medianas empresas deban tener claro que la inteligencia artificial no es una solución genérica. Cada empresa debe plantearse qué desea lograr con esta tecnología, si busca mejorar la experiencia del cliente, optimizar la producción o aumentar la rentabilidad", señaló Luz María García, Gerenta General de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (ACTI A.G.).
Otro factor crítico que deben tener en cuenta es la infraestructura tecnológica de la empresa. Implementar IA requiere un entorno digital adecuado, lo que incluye la capacidad de procesar y almacenar grandes volúmenes de datos. En este sentido, las pymes deben evaluar si cuentan con los recursos tecnológicos necesarios o si será preciso realizar inversiones en este ámbito, aclaró García.
Uno de los principales retos que enfrentan las pymes al considerar la adopción de IA es entender su verdadero impacto y cómo puede ajustarse a sus necesidades específicas. “Las empresas que no integren la inteligencia artificial perderán competitividad, ya que herramientas basadas en IA mejoran la eficiencia y los tiempos de respuesta frente a problemas cotidianos”, advirtió Claudia Moreno, Jefa del Departamento de Servicios, Innovación y Turismo de ProChile.
Desafíos financieros y escasez de profesionales
Aunque las soluciones de IA se han vuelto más accesibles, la inversión en infraestructura y software sigue un reto financiero para los emprendedores. "El costo de implementar inteligencia artificial puede ser un desafío para las pymes, que a menudo tienen presupuestos limitados. Sin embargo, existen fondos concursables y otras alternativas que pueden ayudar a financiar estas inversiones", destacó García.
Además del desafío financiero, otro problema común es la falta de talento especializado. Según datos de Page Group, en Chile el 31% de las vacantes en el sector de tecnologías de la información (TI) no se pueden cubrir, lo que limita la capacidad de las pymes para integrar soluciones avanzadas como la IA. Para mitigar este déficit, muchas empresas están recurriendo a la capacitación en línea para formar a sus empleados en habilidades digitales, una tendencia que ha cobrado fuerza en los últimos años. De acuerdo con el estudio "Radiografía TI" de la ACTI, el 61,4% de los trabajadores del sector ha recibido algún tipo de formación en los últimos seis meses.
Elegir las herramientas adecuadas y rentables
El precio de estas tecnologías puede variar según la complejidad del proyecto, la cantidad de datos necesarios y el nivel de personalización requerido. "Las pymes deben enfocarse en soluciones que ofrezcan un retorno claro de inversión. No todas las empresas necesitan herramientas sofisticadas, a veces un asistente virtual o un sistema de análisis predictivo básico puede generar un gran impacto", explicó García.
En ese sentido, no todas las soluciones tecnológicas requieren grandes desembolsos de capital, y en muchos casos, un enfoque gradual puede ser más efectivo. “Las empresas pueden comenzar con soluciones de automatización más accesibles, como los chatbots para atención al cliente, y expandirse a sistemas más complejos a medida que sus operaciones lo requieran”, señaló Moreno.
La vocera de ProChile agregó que no es necesario que todos los emprendimientos se conviertan en "unicornios" ni que ofrezcan soluciones tecnológicas, pero la tecnología sigue siendo un recurso esencial para optimizar procesos y mejorar su competitividad. Además, es importante que gestionen a sus equipos con sistemas ágiles, lo que les permitirá adaptarse con mayor rapidez a las demandas del mercado.
Los beneficios a largo plazo
Desde la mejora de la eficiencia operativa hasta la capacidad de personalizar productos y servicios, la IA puede transformar la forma en que las pymes operan y se relacionan con sus clientes. "Las empresas que logren integrar la IA en sus procesos podrán tomar decisiones más informadas y adaptarse mejor a las tendencias del mercado", señaló García.
La inteligencia artificial ofrece enormes oportunidades para que las empresas optimicen sus operaciones y aumenten su competitividad. Sin embargo, su implementación requiere una planificación estratégica que considere los costos, la capacitación del personal y la gestión de riesgos. "Las empresas chilenas no necesitan transformarse en empresas tecnológicas, pero sí deben ver la tecnología como un aliado esencial para mejorar su eficiencia y responder mejor a las demandas del mercado", concluyó Claudia Moreno.