Elon Musk no solo celebra por el triunfo de Donald Trump -a quien apoyó activamente durante la campaña-, sino que también por las consecuencias que el resultado está teniendo sobre el valor de sus compañías.
Una de ellas, Tesla, cuyas acciones subieron hasta un 15% en las primeras operaciones de Estados Unidos.
Los inversionistas apuestan a que el fabricante de automóviles dirigido por el empresario será un importante beneficiario del regreso de Trump a la Casa Blanca. Este, en un comienzo, se mostró crítico con los vehículos eléctricos. Pero suavizó su tono una vez que recibió el apoyo del fundador de Space X.
"Déjenme decirles que tenemos una nueva estrella, ha nacido una estrella: Elon", dijo Trump durante un discurso a sus seguidores en su fiesta para ver las elecciones en West Palm Beach, Florida. Habló sobre Musk durante casi cuatro minutos, elogiando a su empresa SpaceX y llamándolo un "tipo especial" y un "supergenio".
Las acciones de Tesla se preparan para cotizar en su nivel más alto del año, alcanzando los US$289,99 durante la sesión previa al mercado. BMW AG lideró la caída de las acciones de la automotriz alemana el miércoles, cayendo hasta un 6,7% debido a los decepcionantes resultados trimestrales y la preocupación por las amenazas de Trump de aumentar los aranceles a los autos importados. Los papeles de Volkswagen AG, Mercedes-Benz Group AG y Porsche AG también cayeron.
"El mayor beneficio de una victoria de Trump sería para Tesla y Musk", escribió Daniel Ives, analista de Wedbush Securities, en un informe a sus clientes. Tesla tendría una ventaja competitiva sobre otros fabricantes en caso de que Estados Unidos reduzca los incentivos fiscales para los vehículos eléctricos, afirmó.
Riesgos de los vehículos eléctricos
La oponente de Trump, la vicepresidenta Kamala Harris, probablemente habría mantenido las políticas de apoyo a la producción y venta de vehículos eléctricos en Estados Unidos, incluida la Ley de Reducción de la Inflación que el presidente Joe Biden convirtió en ley hace dos años. Pero Musk ya se había distanciado de Biden antes de eso, en gran parte debido a la aceptación del demócrata de los sindicatos y a su negativa a reconocer a Tesla por liderar la transición a los vehículos eléctricos.
Múltiples disposiciones relacionadas con los vehículos eléctricos podrían ahora ser objeto de derogación, especialmente si los republicanos logran el control de ambas cámaras del Congreso, advirtieron los analistas de BloombergNEF la semana pasada.
También es probable que los requisitos de ahorro de combustible y emisiones sufran modificaciones, como ocurrió durante el primer mandato de Trump, lo que podría limitar los ingresos que Tesla genera mediante la venta de créditos regulatorios a fabricantes que luchan por cumplir con las reglas más estrictas de Biden.
Alivio regulatorio
Musk ha restado importancia a la amenaza de cualquier reducción de los incentivos gubernamentales para los vehículos eléctricos, aunque ha enfatizado el potencial de que las empresas se beneficien de la desregulación.
Durante la conferencia telefónica sobre los resultados trimestrales de Tesla el mes pasado, pidió un proceso de aprobación federal para los vehículos autónomos y dijo que "trataría de que eso sucediera" si lo eligieran para un puesto en la administración de Trump.
Según las normas actuales, los fabricantes de automóviles deben obtener el permiso de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras antes de poner en circulación automóviles que no tengan volante u otros controles exigidos por las normas de seguridad automotriz de Estados Unidos. Si Tesla consiguiera esa exención, solo podría poner en circulación unos pocos miles de esos automóviles al año.
"La aceleración de la conducción autónoma será una prioridad para los inversores", escribió Ives de Wedbush, especulando que Tesla podría acelerar los planes para poner vehículos autónomos en las carreteras.
Musk y el nuevo Gobierno
El dueño de Tesla invirtió alrededor de US$119 millones en la camapaña electoral a favor de Donald Trump e influyó en algunas de las decisiones del ahora electo presidente, como la de elegir a J.D. Vance como vicepresidente.
En la campaña, Trump invitó al empresario de origen sudafricano a ser el nuevo "secretario de reducción de costos". Esto, con el objetivo de reducir el peso de los funcionarios de la administración pública del país.
Durante el conteo de la votación, Musk no solo estuvo acompañando al nuevo presidente en su residencia en Mar-a-Lago, sino que se mantuvo activo en su cuenta de X. "Estados Unidos es una nación de personas que construyen. Pronto serán libres de construir", escribió cuando la tendencia se veía difícil de remontar.