La Comisión Nacional de Energía (CNE) publicó el lunes el informe de Precio Nudo Promedio (PNP), con el cual es descongelamiento de las tarifas eléctricas que estuvieron fijas desde 2019 comienza a escribir un nuevo episodio y el cual considera el último gran "tarifazo" en las cuentas de la luz.
En el documento se detallan los parámetros claves con los cuales se ajustarán los precios a clientes -tanto residenciales como comerciales e industriales-, como el dólar, la inflación estadounidense y la variación de los combustibles, y se confirmó lo que ya se conocía: una nueva alza en enero, con lo que se cerrará un proceso de sinceramiento que ha provocado efectos inflacionarios y políticos relevantes.
La subida de enero, eso sí, será de menor magnitud comparado con las de julio y octubre. Se estima, preliminarmente, que el incremento alcanzará alrededor de 10% respecto a lo que se materializó en octubre en el caso de los clientes residenciales.
Según un análisis del académico de la Universidad de Santiago, Humberto Verdejo, la subida a nivel nacional llegará a un 8,3% en promedio. Esto, para aquellos clientes que consumen menos de 350 kHh al mes, segmento en el que se ubica la mayor parte de los clientes residenciales. En el desgloce por capitales regionales, Valparaíso llevará la delantera -según Verdejo-, con un incremento en las boletas de un 15%. A esa, le seguiría Santiago, con un alza de 11%.
El académico destaca, en todo caso, que el alza -más el cobro extra de $22 por kWh considerado para solventar la deuda con las empresas de generación- se verán compensadas por el desenso que tuvieron los precios de los contratos de energía. En un ejemplo, indica que si el valor de esta llegaba en el segundo semestre a los $95.570 por kHw, bajará a $85.677 en el primer semestre de 2025.
El impacto en los clientes
El impacto, en cualquier caso, ha sido notorio. La subida en las tarifas llegará a más del 50% desde mayo de este año. Esto ya se reflejó con fuerza en la inflación de octubre, con un 1% en el índice de Precios del Consumidor (IPC). Se trata de una cifra que ninguno de los expertos -ni el Gobierno- tenía en sus cálculos. Y que redujo el optimismo de algunos analistas en relación al control de la inflación.
Según en Instituto Nacional de Estadísticas (INE), de hecho, solo en octubre las tarifas eléctricas saltaron 18,9%, acumulando una poderosa alza de 45,7% en lo que va de 2024.
Con todo esto en cuenta, lo que muchos se preguntan es si el cierre de este proceso -en enero- seguirá impactando sobre la inflación. "En la inflación de enero no observamos esa alza, sino en febrero y marzo. No sería sorpresa de que, aunque tradicionalmente en el mes de febrero la variación del IPC es negativa, este año sea nula o positiva", comenta Gonzalo Escobar, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la UNAB.
"En los primeros cuatro meses de 2025 -señala también- vamos a seguir observando leves incrementos en la inflación, cuyo origen, sea directo o indirecto, va a estar explicado por las tarifas eléctricas".
Esteban Viani, economista y académico de la Universidad Autónoma, en tanto, dice que "se espera que esto sí tenga un efecto en enero".
"Sin embargo -agrega- no se estima que afecte a la inflación a un nivel global. Esto porque la inflación ha venido controlándose en Chile, es decir, hemos empezado a retomar la senda que más o menos espera el Banco Central".
Pardow principal damnificado
En cuanto a las esquirlas políticas que ha dejado el descongelamiento de tarifas, uno de quienes ha debido estar en la primera línea controlando los efectos del alza ha sido el ministro de Energía, Diego Pardow.
Todo comenzó cuando el Congreso aprobó en abril pasado la Ley de Estabilización Tarifario, que descongeló los precios que se mantenían fijos tras el estallido de 2019. Y una vez concretada la primera gran alza de tarifas, entre mayo y julio, todos los dardos -incluso oficialistas- apuntaron en contra del titular de Energía, pese a que se trató de un proyecto el cual el Parlamento respaldó, pero la magnitud de las alzas llevó a varios legisladores a desmarcarse de él y ha solicitar -en el caso del PC, por ejemplo- retrasar esta medida, lo que fue desestimado por el Gobierno.
Pero no solo por las alzas Pardow ha recibido críticas, sino que también por dudas respecto a la eficacia que ha tenido el subsidio eléctrico contemplado en el proyecto para ir en ayuda de las familias más vulnerables, calculando un beneficio que alcanzaría unas 4,5 millones de personas.
Sin embargo, las postulaciones al subsidio alcanzan solo a cerca de la mitad de esa cifra, mientras en el Congreso se discute un proyecto de ley para expandir aún más la ayuda a unas 10 millones de personas.
En concreto, la semana pasada el Gobierno anunció que la segunda convocatoria para el subsidio terminó el miércoles a la medianoche, con 1,9 millones de hogares postulantes. Dicha cifra incluyó a los que participaron en el primer proceso (1.611 mil postulantes) y se encontró muy por debajo de las estimaciones del Ejecutivo.
Lo anterior, desató las críticas. La diputada independiente pro UDI e integrante de la denominada "bancada eléctrica", Marlene Pérez, por ejemplo, pidió al Presidente, Grabriel Boric, exigir la "responsabilidad política" del ministro tras el "fracaso en postulación al subsidio eléctrico.
"Terminará perjudicando a millones de personas que no podrán contar con una ayuda ante las alzas de la luz. El Gobierno, pero fundamentalmente el ministro de Energía, no han tenido la voluntad política de ayudar a la mayoría de los chilenos que se están viendo gravemente afectados por estas excesivas alzas", agregó.
Por su parte, el diputado Rubén Oyarzo (Ind.) señaló que "la política del subsidio eléctrico se convierte en un fracaso cuando no se alcanza a completar el número estimado de personas y familias que debieron haber accedido al subsidio por el alto costo de la energía eléctrica".
Pero las críticas parlamentarias. Es que cuando se planteó expandir la ayuda para las familias -y se buscó como financiarla- desde el Ejecutivo se pensó en tres fuentes de financiamiento: un aumento temporal al impuesto a las emisiones de carbono de las centrales a carbón, el IVA neto que se obtenga por el alza en las tarifas, y un ajuste a las rentas que perciben los Pequeños Medios de Generación distribuida (PMGD).
Esto generó tensiones con las PMGD, en medio del ChileDay que se celebró en París y durante los días posteriores. Estas plantearon que el financiamiento debería provenir de recursos públicos y que la contribución forzada que se les intentaba imponer era una expropiación que "cambia las reglas del juego" establecidas en 2019.
Pardow, en tanto, justificó la idea señalando que "no hay holguras fiscales" para expandir el subsidio a las cuentas de la luz y que la ampliación del beneficio "tiene que venir acompañado de nuevos ingresos"
El mecanismo incluso fue criticado desde afuera. "En el mediano y largo plazo, creemos que la percepción de Chile como un mercado que ofrece estabilidad jurídica y es atractivo para la inversión, podría verse alterada, particularmente en sectores críticos para los chilenos como infraestructura y descarbonización", señalaron en una carta bancos internacionales y fondos de inversión que han respaldado proyectos de Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMGD).
El proyecto para fortalecer el subsidio eléctrico sigue discutiéndose en el Congreso, mientras el Gobierno deberá buscar la fórmula para que crezca el número de familias que, necesitando este beneficio, postulen a él.