La salud mental en el trabajo es un tema que en las últimas décadas ha tomado protagonismo, especialmente tras los cambios que la pandemia de COVID-19 trajo consigo. Si bien un nuevo informe de ADP Research, People at Work 2024: A Global Workforce View, destaca una ligera disminución en los niveles de estrés diario entre los trabajadores, con un 15% que reporta altos niveles en 2023 frente al 19% de 2021, el problema sigue siendo prevalente.
En América Latina, solo un 13% de los empleados reporta niveles elevados de estrés laboral, lo que posiciona a la región como una de las menos afectadas en comparación con América del Norte, donde el porcentaje alcanza un 20%. Aun así, el estrés sigue teniendo un impacto significativo: un tercio de los trabajadores altamente estresados admite que esto afecta negativamente su desempeño laboral.
Karem Fonseca, HR Manager de ADP Chile y Perú, comenta que “esta situación es frecuente en todo el mundo, ningún país es una excepción. Nuestros datos también muestran que los empleadores tienen margen de mejora. Independientemente de su nivel de estrés, existe una oportunidad para que los empleadores promuevan la salud mental, ya que sólo el 21% de las personas sienten que su empleador apoya plenamente su bienestar mental. Los empleados de nuestra muestra global que se sienten apoyados por jefes y compañeros son menos propensos a estar en la categoría de alto estrés”.
Estrategias para abordar esta problemática
María Jesús García-Huidobro, gerenta de desarrollo y negocios de Trabajando.com, destaca que las estrategias clave para abordar el estrés y cuidar la salud mental incluyen fomentar una comunicación abierta y empática, establecer horarios flexibles y equilibrar las cargas laborales. “Es fundamental que los colaboradores tengan acceso a programas de bienestar mental, actividades de team building y capacitaciones en manejo del estrés. Estas acciones no solo aumentan la satisfacción laboral, sino que también mejoran la productividad y reducen la rotación de personal”, afirma.
El diseño de espacios laborales también juega un rol crucial. García-Huidobro añade que las empresas han comenzado a priorizar áreas de descanso y la incorporación de luz natural en sus instalaciones. “Estos elementos fomentan la concentración y el bienestar, mientras que la flexibilidad laboral permite a los empleados manejar mejor sus responsabilidades personales y profesionales, disminuyendo el estrés”, explica.
Enfoques integrales y culturales
Arturo Reyes, psicólogo y gerente general de desarrollo organizacional de Bdo Chile -firma de auditoría y asesorías-, propone un enfoque integral que combine aspectos organizacionales, culturales e individuales. “Es clave promover una cultura de respeto y valoración del trabajo de los colaboradores. Esto reduce la incertidumbre, una de las principales causas de estrés”, indica.
“Es necesario distribuir las cargas de trabajo de manera equitativa y compensar adecuadamente a los empleados en épocas de alta demanda laboral. Actividades como talleres de mindfulness y técnicas de gestión del tiempo no solo fortalecen a los colaboradores, sino que también mejoran su desempeño”.
Arturo Reyes, psicólogo y gerente general de desarrollo organizacional de Bdo Chile
Las prácticas inclusivas también son fundamentales para garantizar un entorno saludable. Isaías Sharon, psicólogo organizacional y fundador de Innzpira -empresa que brinda soluciones lúdicas e innovadoras para capacitar a trabajadores-, agrega que “el equilibrio entre la vida personal y laboral, junto con una comunicación abierta, son pilares esenciales para reducir el estrés”. Según Sharon, estas medidas pueden generar un retorno significativo: por cada dólar invertido en programas de bienestar, se obtienen 4 dólares en productividad, según la Organización Mundial de la Salud.
Medición y ajuste de las iniciativas
La medición del impacto de las estrategias implementadas es un desafío necesario. Las empresas pueden recurrir a encuestas de bienestar, análisis de rotación y evaluaciones de desempeño para identificar áreas de mejora. Reyes propone también realizar grupos focales para obtener retroalimentación directa de los colaboradores. “Las acciones deben basarse en indicadores específicos, ajustándose según las necesidades detectadas”, recomienda.
Un estudio de Deloitte respalda estas iniciativas al señalar que las empresas que priorizan el diseño del entorno laboral y la flexibilidad aumentan la satisfacción de sus empleados en un 56%. Esto demuestra cómo las políticas orientadas al bienestar no solo benefician a los trabajadores, sino también a la organización en su conjunto, según explicó la vocera de Trabajando.com.
Aunque los niveles de estrés diario han disminuido ligeramente, las empresas tienen la oportunidad de liderar el cambio hacia entornos laborales más saludables. “Los colaboradores que se sienten apoyados son menos propensos a sufrir altos niveles de estrés, lo que impacta directamente en su desempeño”, concluye Karem Fonseca, HR Manager de ADP Chile y Perú.