El alcalde de Lo Barnechea, Cristóbal Lira, alzó la voz frente a las críticas tras las recientes clausuras de negocios en la comuna y defendió las medidas optadas por el municipio frente al comercio ilegal, en medio de críticas que han surgido por el estricto control a jóvenes que venden, por ejemplo, cerezas en las calles de la comuna.
En una carta a El Mercurio, el jefe comunal enfatizó que la fiscalización municipal responde a un mandato legal y no a decisiones arbitrarias, destacando que el objetivo es mantener el orden y garantizar la seguridad.
"Respecto a las críticas sobre el rol fiscalizador de la Municipalidad de Barnechea, aclaramos lo siguiente:
La fiscalización de actividades comerciales es un cumplimiento legal, no una decisión arbitraria. En Barneche
a la ley es igual para todos y no hacemos excepciones, ya que creemos que en un país justo no deben haber privilegios", afirmó Lira.
El alcalde detalló que este año vencieron 270 patentes provisorias otorgadas entre 2019 y 2022, las cuales se habían prorrogado excepcionalmente hasta agosto de 2024. Sin embargo, aseguró que pese a los avisos y recordatorios, menos del 17% de los titulares de estas patentes no cumplió con la regularización, lo que llevó a la clausura de sus locales.
"El cumplimiento de la ley no es negociable. En Lo Barnechea no aceptamos comercio ambulante ilegal ni otros actos que afecten el orden público", enfatizó.
Las declaraciones de Lira responden a las cartas enviadas por vecinos al mismo medio.
Por ejemplo, en una de las misivas, firmada por Magdalena Miller, criticó las fiscalizaciones, señalando que "mientras los chilenos despertamos todos los días con nuevos portonazos, turbazos y asesinatos, en Lo Barnechea nuestras autoridades vuelven al ataque de los 'peligrosísimos' vendedores de cerezas en un par de esquinas. ¡Qué tranquilidad!".
Frente a ello, Patricio Eduardo Reyes Morel defendió las medidas adoptadas por el municipio, calificándolas como un ejemplo de prevención.
Reyes comenzó haciendo alusión a la carta enviada por Miller y remarcó que "es interesante indicar que en la comuna (Lo Barnechea) la ocurrencia de los delitos por ella descritos tienen una baja ocurrencia, lo que entre otros aspectos se debería a la acción preventiva realizada por las autoridades".
En cuanto a la venta de cerezas en la vía pública, Reyes indicó que "estimo conveniente recordar que es una actividad ilegal y que el mirar por el lado en estas nimiedades nos ha llevado como sociedad a ir aceptando como normales la ocurrencia de otras faltas o delitos".
Reyes incluso relacionó las acciones del municipio con la teoría de la ventana rota, sugiriendo que permitir el comercio ilegal podría derivar en una mayor permisividad frente a delitos más graves.
"Pareciera que la autora justifica la actividad de vendedores ilegales en las calles dando a entender que su quehacer es inocuo", añadió.
En tanto, Josefina Lamas cuestionó el impacto que las clausuras tienen en los pequeños comerciantes y sus trabajadores.
"Con sorpresa vemos la avalancha de carteles municipales de 'clausurado' que han aparecido en diferentes negocios en la comuna de Lo Barnechea en los últimos meses. Sin discriminación han caído en la férrea fiscalización tienda de mascotas, peluquerías, estaciones de servicios, verdulerías, restaurantes y boutiques, entre otras", manifestó.
En esa línea, cuestionó: "Entendiendo que hay que cumplir la normatividad vigente, ¿es el cierre de los locales el camino para cientos de personas que viven de estas fuentes laborales?".
Por su parte, Miller envió una segunda carta, en la que lamentó lo que considera una "cruzada anticomercio" por parte de la municipalidad.
Según ella, "sagaces fiscalizadores llegaron con todo el peso de la ley a clausurar un conocido local de repostería, porque estaban vendiendo velitas para las tortas. Su giro comercial, al parecer, no lo permitía. En un arrebato de generosidad, esta vez tamaño crimen fue perdonado".
Con todo, el alcalde Lira defendió el propósito de las fiscalizaciones, insistiendo en que "estas medidas buscan mantener a nuestra comuna como la más segura de la región metropolitana, con la tasa más baja de delitos. Fiscalizar no es atacar al comercio, sino garantizar condiciones justas y transparentes".