La iniciativa de Ley de Transferencia de Tecnología y Conocimiento está generando amplio interés entre universidades, investigadores y el sector empresarial. Este marco normativo pretende dinamizar el traspaso de avances científicos hacia la industria, fomentar la creación de Empresas de Base Científico-Tecnológica (EBCT) y consolidar un Repositorio Nacional de Conocimiento. Su discusión en el Senado avanza mientras los distintos sectores evalúan su potencial impacto.
En Chile, el gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) representa apenas el 0,36% del PIB, muy lejos del promedio del 2,7% de los países miembros de la OCDE. Ante este panorama, la ley propone una nueva ruta para convertir el conocimiento en innovación aplicable. Según Patricio Jarpa, gerente general de Nanotec Chile, "si bien las oficinas de transferencia y licenciamiento (OTL) de las universidades funcionan, necesitan mayor compromiso con sus científicos y mejor vinculación con la industria. Muchas innovaciones quedan sin aplicabilidad, lo que resulta en un desperdicio de conocimiento".
Entre los puntos centrales del proyecto de ley se encuentra la promoción de las EBCT, un modelo que busca reducir las barreras para que las universidades participen más activamente en la creación de empresas innovadoras. Además, pretende crear el Repositorio Nacional de Conocimiento para garantizar el acceso público a resultados de investigaciones financiadas con recursos estatales, facilitando una mayor cooperación interinstitucional.
Por otro lado, reforzará la importancia de la propiedad intelectual, permitiendo que los investigadores puedan patentar sus descubrimientos o compartirlos de manera abierta. Este mecanismo está diseñado para evitar la pérdida de hallazgos valiosos, asegurando que las investigaciones beneficien directamente al desarrollo del país.
Patricio Jarpa destaca que un sistema eficiente debe incluir un compromiso económico claro para los científicos: "Es primordial que los científicos reciban incentivos concretos para transferir conocimiento a la industria. La posibilidad de constituir startups con alguna participación económica es un gran avance".
Beneficios potenciales
La ley también promueve un marco de cooperación más estrecho entre la academia y la industria, que podría transformar la competitividad del país. Luz María García, gerenta general de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (ACTI A.G.), señaló que "esta norma abre oportunidades para transformar descubrimientos académicos en productos y servicios valiosos que beneficien tanto a la sociedad como a la industria".
Un aspecto clave señalado por expertos es la necesidad de asegurar que las tecnologías transferidas se encuentren en un estado avanzado de desarrollo, como pruebas piloto. "Esto elimina la pérdida de tiempo en la industria y acelera el proceso de llevar las innovaciones al mercado", explicó Jarpa.
Adicionalmente, se plantea la posibilidad de obligar a grandes empresas a destinar entre un 0,5% y un 1% de sus utilidades a innovación, con incentivos tributarios en sectores críticos como energía, minería y gestión del agua. Según Jarpa, “si esto fuera obligatorio, tendríamos resultados muy positivos, especialmente si se enfoca en áreas estratégicas para el crecimiento del país”.
“El fortalecimiento de la propiedad intelectual y la colaboración entre academia e industria no solo protegerá los avances científicos, sino que también incentivará la creación de startups tecnológicas, atrayendo inversión extranjera y aumentando la competitividad global de Chile en sectores estratégicos como la biotecnología y la inteligencia artificial”.
Luz María García, gerenta general de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (ACTI A.G.)
Desafíos pendientes
Aunque el proyecto de ley cuenta con respaldo mayoritario, persisten desafíos relacionados con su implementación. Expertos advierten que es necesario fortalecer las capacidades de las OTL y garantizar que las iniciativas tecnológicas sean económicamente sostenibles.
El impacto económico de estas medidas no será inmediato ni fácil de cuantificar. Sin embargo, Jarpa concluye que "a largo plazo, una inversión adecuada en innovación y transferencia tecnológica aumentará el desarrollo y crecimiento de Chile".
